Un peritaje balístico realizado por la Policía Federal argentina habría determinado que el disparo que provocó la muerte del fiscal Alberto Nisman fue producido a una distancia de entre 15 y 20 centímetros de su cabeza.
De acuerdo al diario trasandino Clarín, fuentes judiciales afirmaron que este antecedente sería expuesto en un próximo informe de la Policía Federal y ya forma parte de los antecedentes escritos del caso, sumándose a los datos recaudados en la autopsia que realizaron los médicos forenses.
El domingo pasado, El fiscal Alberto Nisman apareció muerto con un disparo en la sien derecha, y sólo horas antes de comparecer ante el Congreso para explicar una denuncia contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su canciller Héctor Timerman, por supuestamente encubrir a iraníes acusados de haber participado en un atentado contra una mutual judía en Buenos Aires en 1994.
De acuerdo con informe adelantado por Clarín, debido a que el arma utilizada (una Bersa calibre 22) cuenta con una fuerza de ejecución de baja velocidad, si el disparo "se produce pegado al cráneo, el tiro queda adentro, no tiene orificio de salida y, si lo tiene, es limpio. Si se aleja, el proyectil toma velocidad y produce otros efectos sobre su blanco. Para el caso de Nisman se informó que había perdido bastante masa encefálica".
Por ahora, el peritaje ha reportado además que las manos del fiscal no presentaban ni rigidez ni rastros de pólvora, por lo esta nueva información pone aún más en duda la teoría que afirma que el Fiscal se habría suicidado.
Si bien esta información aún no ha sido oficializada, de acuerdo con la agencia France Presse, la justicia argentina prohibió la salida del país de Diego Lagomarsino, un colaborador cercano al fiscal que le prestó el sábado pasado la pistola que lo mató.
El viernes por la noche Lagomarsino se puso a disposición de los investigadores y al parecer es la última persona que lo vio con vida.
La causa AMIA, como se le conoce en Argentina, lleva más de 20 años sin resolverse, con juicios anulados por serias irregularidades que dañaron la reputación de jueces y del servicio de inteligencia argentino.
Nisman, fallecido a los 51 años en su apartamento en Buenos Aires, en 2004 se convirtió en máximo responsable de la Fiscalía Especial AMIA, cargo que le concedió el entonces presidente Néstor Kirchner (2003-2007), hoy fallecido, esposo de la actual presidenta argentina.
La muerte del fiscal federal tiene en vilo al país desde el pasado lunes. La Fiscalía indicó en primer lugar que todas las pistas apuntaban a un suicidio, pero luego no se encontraron rastros de pólvora en la mano de Nisman, entre otros elementos que volvieron compleja la investigación.
Lagomarsino, señalado como un colaborador de confianza, experto en informática, habría visitado dos veces a Nisman el sábado, la última vez para entregarle el arma.
Según el gobierno argentino, Nisman no se suicidó y ha levantado sospecha sobre el papel del ex jefe de operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Antonio 'Jaime' Stiusso, removido del cargo en diciembre.
Stiusso trabajaba estrechamente con Nisman desde que el fiscal fue designado en 2004 para investigar el atentado a la AMIA.