"Lo alumbramos de frente con las linternas, percatándonos que llevaba puesta una polera o un pañuelo que le cubría la cara y sólo dejaba ver sus ojos y pelo. Llevaba también una linterna apagada colgada en el cuello, ropas oscuras, estaba embarrado. Procedimos a reducirlo y registrar sus vestimentas y le preguntamos su identidad y por qué se quejaba. Dijo que estaba lesionado, que le habían disparado y que era de la etnia mapuche, y que no iba a declarar nada".
Con esta declaración, entregada ante la fiscalía de Temuco, uno de los dos carabineros que participaron en la detención del machi Celestino Córdova Tránsito relató el momento exacto en que descubrieron al comunero en las inmediaciones del fundo La Granja-Lumahue, en Vilcún, IX Región, donde minutos antes el agricultor Werner Luchsinger y su esposa, Vivian Mackay, fueron asesinados tras un incendio intencional originado por desconocidos.
El crimen ocurrió la madrugada del 4 de enero y generó gran conmoción pública. Entonces, el gobierno citó a reuniones a todos los jefes de inteligencia -tanto policiales como de las Fuerzas Armadas- para buscar a los culpables y analizar la violencia en la zona. Las citas fueron coordinadas por la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI).
La investigación en contra del único detenido se encuentra en su etapa final, por lo que el equipo encabezado por el fiscal jefe de la IX Región, Francisco Ljubetic, está próximo a cerrar la indagatoria y acusar a Córdova por el hecho. La imputación final -afirman fuentes ligadas al caso- sería por incendio con resultado de muerte bajo la Ley Antiterrorista, por lo que podría pedirse hasta la cadena perpetua para Córdova.
En paralelo, se mantienen en reserva las aristas de la investigación que guardan relación con otros posibles sospechosos del crimen.
Sobre este punto, la declaración de uno de los carabineros que recorrían la zona la madrugada del 4 de enero da cuenta del encuentro con un encapuchado armado, el que logró huir del lugar.
EL INGRESO
Según las pericias realizadas por la PDI, cerca de la 1.10 de ese 4 de enero, un grupo de al menos tres personas ingresó al terreno por el ala poniente y el sector norte del fundo, donde las alambradas habían sido cortadas. La puerta trasera que daba a la cocina fue, según las pericias policiales, el sector por donde habrían ingresado para atacar al matrimonio.
TIROTEO EN LA COCINA
Las conclusiones de la fiscalía, tras el análisis del sitio del suceso, indican que una vez dentro de la vivienda y, tras ser sorprendidos por el agricultor, el grupo habría agredido a Luchsinger, quien habría intentado repeler el ataque utilizando su pistola calibre 7.65.
Una evidencia clave para recrear esta escena quedó registrada en el llamado al 133 que hizo su esposa, Vivian Mackay: "Nos atacaron, por favor, en Palermo... Vivian Mackay y Werner Luchsinger... Está herido (…) ¡siguen disparando, por favor, sálvennos!", gritaba la mujer durante el contacto, que duró un minuto con 13 segundos.
La evidencia balística indica que el enfrentamiento entre los desconocidos y Werner Luchsinger habría ocurrido en la parte posterior de la casa patronal, donde estaba la cocina, ya que se observan casquillos concentrados en dos puntos del recinto. Un informe de la Brigada de Homicidios de Temuco de la PDI recrea un tiroteo donde "se esquematizan las posibles posiciones de un tirador ubicado en la puerta de la cocina y de Celestino Córdova, situados en dos zonas del patio sur de la vivienda".
Según consta en el informe, "es balísticamente posible que un disparo desde la cocina hacia el exterior de la vivienda haya transfixiado (herir pasando de una parte a otra) el tórax de Córdova Tránsito". Otro informe contenido en la carpeta investigativa señala que la herida que recibió el comunero es compatible con la de un proyectil calibre 7.65, el mismo de la pistola de Luchsinger.
EL INCENDIO
Antes de huir de la casa y de que se produzca el tiroteo en el exterior, según las pericias policiales, los desconocidos rociaron con un tipo de acelerante el sector de la cocina. Desde ese lugar las llamas se propagaron hasta la zona del living y el comedor, lo que terminó consumiendo el segundo piso del recinto.
Un segundo foco de fuego se detectó en el vehículo de la familia, que estaba estacionado a metros de la residencia.
Los cuerpos de los agricultores fueron encontrados a dos metros de distancia en el subterráneo, por lo que se presume que murieron juntos, en la pieza matrimonial ubicada en el nivel superior, que se derrumbó producto del fuego. Desde esta habitación, Vivian Mackay hizo los dos llamados telefónicos: el primero -registrado a la 1.15- lo recibió su hijo Mark Luchsinger, a quien le advirtió que su padre sufría una brutal golpiza. El segundo llamado, captado a la 1.19, lo recibió Carabineros.
En el lugar, indica un reporte de la PDI, también se encontraron panfletos. "Fuera el latifundio de la tierra mapuche. Matías Catrileo renace", dice uno de los textos hallados en el lugar. "Con el ejemplo de Matías Catrileo - Caminamos hacia la libertad nacional mapuche", dice otro de los papeles arrojados afuera de la vivienda.
El análisis del Laboratorio de Criminalística (Lacrim) de la PDI reveló que en el lugar del atentado se percutaron al menos 13 disparos con pistolas y escopetas. Las vainillas y cartuchos hallados en el lugar, además de las huellas, permitieron a la policía presumir que fueron al menos tres las personas que participaron en el ataque.
SIGUIENDO A CORDOVA
Un documento elaborado por Carabineros indica que, pocos minutos después del atentado, a través de sus radios y de la Central de Comunicaciones, dos carabineros que estaban custodiando el fundo Palermo, colindante al fundo La Granja Lumahue, escucharon la alerta del incendio. Estos declararon que las llamas se veían a un kilómetro de distancia.
Primero se dirigieron a la casa de un cuidador, pero luego escucharon unos quejidos. "Nos dimos cuenta de que se trataba de una persona, la cual se desplazaba por el interior del fundo hacia el sur. Con mi colega procedimos a seguirla de forma separada por el camino público para que esta persona no se diera cuenta de que la seguíamos. Pasados unos segundos, esta persona cruzó un estero y una vez que ingresa al cruce Tres Cerros, nosotros la alumbramos con la linterna", logrando la captura, dice el uniformado.
SEGUNDO SOSPECHOSO
Con el detenido ya reducido, el piquete dio aviso a una patrulla que estaba cerca, para dejar al comunero en el calabozo del vehículo.
Uno de los policías de este carro declaró ante la fiscalía que decidieron patrullar las inmediaciones, cuando "a unos 200 metros, luego de haber avanzado hacia el costado hay un portón metálico y procedimos a alumbrar ese sector. Yo descendí para mirar hacia el interior, donde hay un galón vacío, momento en que desde unos matorrales, distante a unos 20 metros del portón, se levantó un individuo con ropas oscuras, encapuchado. Procedí a trepar el cerco y este sujeto me apunta con una escopeta. Yo salto hacia atrás y aviso a los demás dispositivos para que salieran a cortarle la huida y el sujeto corre hacia el galpón, perdiéndolo de vista".