Desde un error de procedimiento hasta una posible falsificación de autopsia, dejó al descubierto las incongruencias detectadas hoy en la segunda autopsia practicada al cuerpo de Hernán Canales, quien fue atropellado por el hijo del presidente de RN, Martín Larraín, el pasado 18 de septiembre.

La diligencia fue solicitada por el abogado querellante de la familia Canales, Gonzalo Bulnes, con el fin de determinar si el hombre pudo sobrevivir si Larraín lo auxiliaba oportunamente, en vez de huir del sitio del suceso.

Bulnes señaló a La Tercera que "esperabamos que hubiera ambiguedades, era nuestro gran temor. Pero Ravanal (perito querellante) se encontró que la primera autopsia describía daños en el pulmón, que tenía el bazo roto, daños a la aorta, y una serie de daños en el cuerpo, y descubrimos que no se había abierto el cráneo, que el pulmón estaba intacto, la aorta y el bazo intacto, y que el SML informó al fiscal hechos confusos".

"Podemos decir certeramente con las actuales conclusiones que Hernán pudo sobrevivir con el auxilio oportuno, y eso cambia el delito al de homicidio por omisión", dijo Bulnes.

El perito de los querellantes, Luis Ravanal, presenció la autopsia practicada hoy y concluyó que las diferencias en los resultados evidencian que no se realizó la primera autopsia, cuyo informe fue expuesto incluso en la audiencia de formalización de Larraín.

"Queda cuenta de una autopsia que nunca se practicó, nunca se llevó a cabo en la forma como se presenta y como se describe en el informe de autopsia. Evidentemente eso es una falta, sin duda, gravísima y hasta cierto punto escandalosa", dijo el forense Ravanal en Radio ADN.