Hoy este pequeño y raro animalito está de moda. No sólo eso. En 2009 se coronó ejemplar del año en el otrora exclusivo club para perros, el Kennel Club, y este 2010 la Federación Cinológica Internacional, que clasifica a todos los mejores amigos del hombre alrededor del mundo, le dedicará en julio un homenaje especial. ¿Cómo lo hizo?
Para empezar, siendo un ejemplar único. Hoy está reconocido que este animal, sin pelos y de piel oscura, es 100% de origen peruano y según Abel León, jefe de registros del Kennel Club y Vicepresidente del Comité nacional de protección del Perro sin pelo del Perú, los primeros vestigios de su presencia en el país se pueden constatar en la cerámica pre-hispánica y pre-inca.
Casi coincidiendo con el inicio de su revalorización, en 1987 se descubre la tumba del Señor de Sipán, uno de los grandes hallazgos arqueológicos del siglo XX en América, y se encontró que el gobernante mochica había sido enterrado con su mascota favorita, un perro sin pelo.
Un par de años antes, en 1985, al perro peruano recién se le había reconocido oficialmente como raza canina. Además hasta entonces, y por mucho tiempo, se había creído que en realidad era un perro chino.
EN MEXICO Y ASIA
China y México tienen ejemplares similares "pero diferentes", asegura León, quien explica que hoy se sabe que la mutación se produjo primero en América, y no se puede decir "que vengan de un tronco común".
Y es así que en este tormentoso recorrido de tres mil años, este animalito llega a la cúspide de su poder y fama el 2009 cuando "Luna", una hembra, gana el campeonato del Kennel Club, que lo considera el mejor por encima de todas las otras razas.
Para León, "la demora en su reconocimiento por la gente se debió a que muchos no creían que era peruano y porque la mayoría prefería razas extranjeras".
Otro aspecto que destaca León es la fortaleza genética de este animal. "Así lo cruces con otra raza, en la camada siempre saldrá un grupo de perritos de un tipo y otro puramente perros sin pelo", afirma.
CENICIENTA CANINA
Lo curioso, dice Luis Peirano, un sociólogo limeño, "es que por años el perro peruano había sido un animal sin valor estético alguno". Nadie quería tener cerca uno de ellos.
En cuanto al cambio en la percepción de este animal dentro del Perú, él señala que esto no es ajeno al cambio que se ha producido en el país a otros niveles.
"De alguna manera el perro peruano está conectando con las nuevas sensibilidades que tenemos sobre la peruanidad", explicó.
Este cambio tiene que ver también con una ciudad que en los últimos 20 años ha venido transformando su identidad, de una íntimamente vinculada a su fundación española, a una decididamente más andina, o mestiza, producto de las grandes migraciones de años anteriores.
CAMBIOS EN PERU
Gran parte de este desplazamiento demográfico se acentuó como consecuencia de los años de la violencia, en los 80 y 90.
"Después de esos años, explica Peirano, el país empezó a madurar, y desde entonces está buscando formas de expresión propias, y ha descubierto por ejemplo que el perro peruano es algo propio", dijo el sociólogo.
De hecho, en 2001 el Instituto Nacional de Cultura ordenó que en cada museo de sitio y zona arqueológica de la costa se criara un perro sin pelo. Y ese mismo año el Congreso le otorgó la categoría de Patrimonio de la Nación.
En julio de este año el Kennel Club Peruano organizará la Copa América de la Federación Cinológica Internacional, en la que se tiene prevista, por primera vez, una exposición dedicada a esta raza nativa.
Y así, de golpe, con el reconocimiento internacional, el perro peruano sin pelo pasará de ser un guía de almas al más allá, a ejemplar viviente de una estirpe milenaria y autóctona.