Juan (54) es abogado y cuando va al médico se atiende por Fonasa. Para él, estar en el seguro público es más conveniente que una isapre. Según cuenta, "pago una sola cotización que es el 7% de mi sueldo y con ese monto nos podemos atender mi esposa, mis dos hijos y yo. En cambio, si estuviera en una isapre debería pagar un adicional por cada uno de ellos".

En los últimos tres años, los cotizantes con rentas superiores a los $ 900 mil crecieron 78% en Fonasa, pasando de 34 mil personas durante 2006 a 60.720 en 2008.

El fenómeno también se repite si se cuentan aquellos afiliados que tienen una renta superior a los $ 600 mil, los que subieron de 136.740 a 231.831 en igual período, es decir, 70%. Un 75% de ellos son hombres y un 29% se concentra en el grupo etáreo de los 35 a los 44 años.

Este incremento responde a  diversos factores. Según explica el director de Fonasa, Hernán Monasterio, los afiliados de mayores recursos combinan la cobertura que les ofrece la institución con seguros de salud complementarios. Si bien indica que no tiene un registro de cuántas personas utilizan este sistema, sí es una tendencia que se ha estado observando en los últimos años.

Monasterio dice que dentro de este grupo de altas rentas también se encuentran adultos mayores o pensionados que antes eran de isapres, pero que emigraron al ver encarecidos sus planes de salud. O casos como el de Juan, que si bien tiene un ingreso alto, tiene muchas cargas, lo que lo desincentiva a irse a una isapre, porque le cuesta más caro.

Monasterio explica que también hay un grupo importante que está en el seguro público, porque considera que es un sistema solidario. "Cuando hemos hecho focus group para conocer la conducta de nuestros afiliados y conversamos con profesionales jóvenes, el argumento más común es que están en Fonasa porque sienten que los recursos siempre van a ser bien aprovechados, si bien no en ellos, en otras personas que los necesitan", asegura.
Este segmento socioeconómico utiliza la libre elección. Fonasa tiene convenio con varias clínicas y centros médicos privados, que les permiten a los afiliados acceder pagando sólo el valor del bono, cuyo precio fluctúa según la especialidad médica.

Además, para algunos problemas  de salud más complejos (partos, cirugías de cataratas y operaciones de vesícula), Fonasa tiene planes con centros de salud privados, cuya atención tiene un valor tope independiente del lugar donde se atienda. El costo de un parto normal es de $ 200 mil para los centros en convenio que incluye clínicas privadas y hospitales.