El ministro de Defensa del Perú, Luis Alberto Otálora, discrepó hoy con la decisión de su colega de Exterior, Rafael Roncagliolo, de no autorizar la llegada de una fragata de guerra británica en solidaridad con Argentina y su reclamo por las islas Malvinas.
El tema, por el que sectores de oposición piden la salida de Roncagliolo, empezó el lunes, cuando la Cancillería anunció sorpresivamente que dejó sin efecto el permiso, lo que ocurrió después de que varios círculos argentinos criticaran al Perú por aceptar a la nave de guerra un país con el que tiene una disputa territorial.
La retractación peruana fue después elogiada por la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, pero en Perú se acusó a Roncagliolo de poner en riesgo las buenas relaciones con Reino Unido y de, como dijo el ex canciller Francisco Tudela, obedecer al "bloque chavista", en referencia al Presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
"En Defensa opinamos a favor de la venida de fragata (pero) quien manda es Cancillería y no Defensa. Las relaciones con otros países las fija Relaciones Exteriores", dijo Otálora en la radio RPP.
No es la primera vez que dos ministros del Presidente Ollanta Humala discrepan públicamente, lo que genera críticas para el mandatario y su jefe de gabinete, Oscar Valdés.
Para Otálora, Perú debe mantener las puertas abiertas para que la llegada de la fragata se produzca más adelante: "No se ha cancelado la venida, solo se ha suspendido. Ningún país, incluido Argentina, puede cuestionar las decisiones soberanas del Perú", remarcó.
El diplomático José García Belaunde, ministro del Exterior en los cinco años del pasado gobierno de Alan García, dijo que el tema se ha sobredimensionado y que el Perú tiene derecho a negar el permiso. Además, descartó que el de Argentina sea un gobierno "chavista".
García Belaunde, sin embargo, admitió que el tema fue mal manejado y el permiso debió negarse en el Consejo de Ministros, lo que seguramente ni siquiera se hubiera hecho público. Lo que hizo Roncagliolo fue pedir permiso al Congreso, que tiene la última palabra sobre la presencia de militares extranjeros, pero cuando lo tuvo se retractó.
Ahora, el Congreso le reprueba haberlo desautorizado. A eso se le suman para el malestar las aparentes contradicciones del canciller, quien dijo que el cambio le fue anunciado a Londres con anticipación, lo que niega la embajada británica, que reprocha que no se le hubiera dicho nada a su secretario del Exterior, Jeremy Browne, cuando estuvo de visita en Lima la semana pasada.
Roncagliolo, prácticamente el único ministro de ideas izquierdistas en el gabinete de Humala, tendrá que responder al Congreso y no se descarta una moción de censura. El jefe de la diplomacia peruana apoya la decisión en el consenso sudamericano de que Argentina tiene razón en el caso de las Malvinas.
Entretanto, en la prensa, las redes sociales y las calles siguen discusiones entre quienes creen que el Perú hizo bien en cerrar filas con Argentina, y los que recuerdan que gobernantes de ese país no han sido leales, en referencia a la venta de armas a Ecuador en el conflicto bélico focalizado de 1995.