Una amplia operación humanitaria se  desarrollaba este lunes en dos poblados de Cusco (sureste de Perú) con la  distribución de dos toneladas de ayuda a más de 500 damnificados por un sismo  el sábado, que dejó ocho muertos y un centenar de viviendas destruídas.

El gobierno peruano anunció una declaración de emergencia en la zona por 90  días para agilizar la asistencia y socorrer a los 575 damnificados, muchos de  ellos desamparados y refugiados en carpas en campos deportivos o plazas  públicas, al resultar sus viviendas de adobe completamente colapsadas.

El sismo, de una intensidad de 5,1 grados en la escala Richter, tuvo su  epicentro a sólo 8 kilómetros de profundidad, y ocurrió a las 21.35 de la noche  cuando casi todo el pueblo estaba dentro de sus precarias casas.

Algunas personas murieron aplastadas por los techos mientras dormían o  comían. A otros se les cayeron paredes o partes de la casa encima, según  relataron testigos a medios locales.

Los damnificados de las localidades campesinas de Misca y Cusibamba en el  distrito rural de Paruro, en la región Cusco, fueron los primeros en recibir  ayuda, consistente en medicinas, alimentos, frazadas y 35 carpas, informó este  lunes la Defensa Civil peruana.

El gobierno no descarta una eventual reubicación de ambas poblaciones si se  comprueba la existencia de una falla geológica en la zona.

Entre los muertos, tres son niños de 15, 10 y 8 años, y uno de ellos un  recién nacido con apenas 15 días de vida, que falleció en brazos de su madre de  22 años. 

Para este lunes se aguardaba el sepelio de los fallecidos, que serán  sepultados en Misca, un poblado en las serranías de Cusco habitado mayormente  por agricultores pobres y que resultó el más afectado.

Las autoridades peruanas entregaron ataúdes a los familiares para poder  proceder a velar a los fallecidos en un local municipal.

CARPAS EN PLAZAS PÚBLICAS 

En Minca la Defensa Civil informó que desplegó 13 carpas en una cancha de  fútbol sala al aire libre para acoger a 45 familias, en tanto que en Cusibamba  la plazuela principal de la localidad se convirtió en un gran dormitorio con 22  carpas instaladas donde se refugiaron unas 70 familias.

La ayuda distribuida incluyó 1.806 raciones de alimentos, colchones,  frazadas, bidones, ollas y enseres, entre otros, indicó la entidad. 

El presidente Ollanta Humala recorrió el domingo las localidades afectadas a cuyos pobladores prometió "ayudarlos a reconstruir estas viviendas, su  distrito. No hay tiempo para seguir lamentándonos, ya sucedió este problema,  que no nos derrote".

"Su presidente de la República, su gobierno, no los abandonará, vamos a  seguir apoyándolos, por lo pronto hay alimentos, hay carpas, frazadas; no es  suficiente, pero está llegando más ayuda", acotó Humala.

El gobernante señaló también que personal de la Defensa Civil efectuará una  evaluación geológica en la zona para determinar si el poblado de Misca debe ser  reubicado por una eventual falla en el subsuelo.

El desplome de la mayoría de viviendas en Misca llamó la atención pese a la  intensidad moderada del sismo, lo que fue atribuido por el director de  sismología del Instituto Geofísico del Perú, Hernando Tavera, a que la  profundidad del sismo fue muy cerca de la superficie (solo ocho kilómetros) y  con epicentro a siete kilómetros al suroeste de Misca.

Perú ha tenido una seguidilla de sismos en los últimos meses.

Un fuerte sismo de 6,6 grados ocurrió a finales de agosto en Ayacucho, y se  sumó a otros temblores registrados el 4 de agosto en Piura (norte, cerca de la  frontera de Ecuador) de 5,8 grados en la escala de Richter.

En Perú los temblores son frecuentes debido a que el país se ubica en el  Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las regiones de mayor actividad sísmica  del mundo.