Entre los documentos presentados por Perú para sustentar su demanda en La Haya y que serán públicos a partir de hoy, uno de los capítulos tiene que ver con el contexto histórico de la disputa. En la Memoria peruana de 275 páginas y 89 anexos, ese país vincula la controversia marítima con Chile a las consecuencias de la Guerra del Pacífico.
Perú dice que en la década de 1830, Diego Portales -descrito como un promimente hombre de Estado- impulsó la adopción del principio de que Chile tenía que prevenir que Perú volviera a ostentar la prominencia política y militar que había gozado en la Colonia. "Este principio ha sido un elemento clave en las políticas de RR.EE. y seguridad chilenas desde el siglo XIX en adelante". Incluso, se citan declaraciones de Portales diciendo que la Confederación Perú-Boliviana debe desaparecer de la escena y se contraponen con una de Bernardo O'Higgins diciendo que el entonces ministro "debe arrepentirse de encender guerras".
Lima señala que la Guerra del Pacífico cambió la relación bilateral y agrega que la guerra tenía a un Chile por lejos con mejores armas y buques, que el peso del conflicto bélico recayó en Perú y que pese a la desventaja militar, el almirante Miguel Grau logró mantener a raya a la Armada chilena por meses. Incluso, recuerda cómo fue la guerra terrestre y que el coronel Francisco Bolognesi y un "puñado de patriotas peruanos" murieron en junio de 1880 defendiendo el morro de Arica. Perú señala que los efectos de la guerra fueron "traumáticos" y que, como resultado, la economía peruana fue destruida.
Perú señala que firmó y ratificó el Tratado de Ancón de 1883 mientras las tropas chilenas tenían ocupado su territorio y que, con ello, perdieron la costa de Tarapacá, rica en recursos naturales.
Agrega que Chile no realizó un plebiscito en Tacna y Arica, como estaba obligado por el artículo 3 del tratado, e inició la "chilenización". Las relaciones se dificultaron a comienzos del siglo XX por el fracaso de Perú para convencer a Chile de realizar un plebiscito. Ambos restablecen relaciones con el Tratado de Lima en 1929. Tacna retorna a Perú y Chile mantiene Arica. La línea fronteriza pasará por un punto que comenzará en la costa con el nombre de "Concordia" llegando al río Lluta, y pasando por laguna Blanca.
La memoria fue elaborada en marzo de 2009 y según la delegación peruana no se hará alusión a este capítulo en los alegatos que parten hoy. Este capítulo provocó una dura disputa entre los entonces presidentes Bachelet y García, cuando el canciller Fernández le enrostró a García en la cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago haber permitido que se incluyera este capítulo "odioso". En la defensa de Chile creen que el abogado de Perú, Alain Pellet, aludirá al tema, apuntando a la demora de Chile en ejecutar los acuerdos.
En el segundo capítulo, donde se habla del contexto geográfico, se señala que el área en disputa es un triángulo de 28.350 km2 equivalente al tamaño de Albania. Se dice que la zona es rica en recursos marinos y que su explotación marítima es clave para la población costera. Según Lima, el gobierno chileno ha reconocido el derecho de ambos países a un dominio marítimo exclusivo incluyendo suelo y subsuelo y que ahora Santiago le niega ese derecho a Perú.
El capítulo que habla de la falta de la delimitación marítima es el más importante. Aquí es donde se presenta la argumentación que le permite sostener que no hay acuerdos vigentes de delimitación marítima con Chile.
La posición de Perú se basa en la ausencia acuerdos en la delimitación de los límites con Chile. La posición chilena se basa en la idea de que la Declaración de Santiago de 1952 y el acuerdo de una zona especial de 1954 establecían esta delimitación.
Perú plantea que ninguno de estos acuerdos fijan un límite marítimo entre ambos países y que se ha usado una línea provisoria por temas relacionados con la pesca, pero esta no tiene el carácter de una frontera marítima internacional.