El Jurado Electoral de Perú retiró este miércoles la bautizada como ley "mordaza" a las empresas encuestadoras -que les exigía incluir el documento de identidad, la dirección y los teléfonos de los encuestados- tras una ola de críticas de los medios de comunicación y de un sector de la clase política dirigido por el ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006).

Este requisito, inédito en el país andino y que entró en vigencia el pasado sábado 12 de febrero, causó que las empresas encuestadoras anunciarán el fin de la elaboración y difusión de sondeos de opinión con miras a las elecciones generales del próximo 10 de abril.

El presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Hugo Sivina, dijo el miércoles que decidieron derogar la polémica norma porque como órgano electoral buscan "encauzar la fiscalización a las encuestadoras"; pero que, tras las voces discrepantes, "hemos considerados los hechos, los pros y los contras, ajustes y desajustes a favor del ciudadano, que es lo fundamental".

El principal opositor a la medida del JNE fue el ex presidente Alejandro Toledo, quien además de anunciar la realización de una marcha de protesta contra la medida, señaló": "Quieren bajarse a Toledo, esto puede llevarnos a un fraude… Sé que detrás de esto se encuentra el presidente Alan García. El es un jefe de Estado que tiene responsabilidad de conducir una elección y su posición debe ser neutral, porque uno de sus preferidos está abajo busca silenciar a las encuestadoras".

García, "neutral"
Por su parte, el presidente Alan García rechazó que su gobierno se encuentre detrás de la medida, y aseguró que se mantendrá neutral en los próximos comicios.

De acuerdo con el último sondeo a nivel nacional difundido por Ipsos Apoyo, el ex presidente Alejandro Toledo tiene 28%; Keiko Fujimori (hija del ex presidenet Alberto Fujimori) tiene 22%, Luis Castañeda tiene 18%, Ollanta Humala, 12% y Pedro Pablo Kuczynski tiene 6% de intención de voto.

Los candidatos presidenciales que saludaron la medida polémica del JNE fueron el ex alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, y el líder nacionalista, Ollanta Humala; ambos políticos, que han sido muy críticos a las últimas cifras de los sondeos peruanos.

El presidente de Transparencia –organismo civil que se especializa en educación electoral-, Percy Medina, dijo a BBC Mundo que esta medida "solo funciona en Venezuela. Por ejemplo, en Colombia, Argentina y Chile, prácticamente no existe regulación hacia el trabajo que realizan las empresas de opinión pública".

"Saludo que el Jurado Nacional de Elecciones haya retrocedido en una medida delirante pero ha dejado traslucir que hay un sector del poder que no se encuentra satisfecho con un presunto regreso de Toledo a la presidencia", concluyó.

"Ayayeros"
En Perú, diversos medios de comunicación han denunciado que la empresa encuestadora IDICE tiene vínculos con miembros del partido oficialista APRA, que tiene métodos cuestionados y que siempre favorece al candidato que apoya el gobierno y que en este caso sería el ex alcalde de Lima Luis Castañeda.

Según el periodista de radio y televisión Augusto Álvarez Rodrich, la postergada medida buscaría "calmar la fiebre rompiendo el termómetro" y "puede significar una amenaza a las encuestadoras para, por ejemplo, evitar que hagan anuncios que no le gustan al gobierno, como la baja aprobación del presidente García, o el atraso de Luis Castañeda en la elección. No es casualidad que ambos hayan festejado este mamarracho del JNE, al igual que otros voceros de sus partidos, como Aurelio Pastor o Walter Menchola, y todos sus 'ayayeros' en el periodismo".

En tanto, el Director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica, Fernando Tuesta, refirió a BBC Mundo que el retroceso del JNE se debió a que "las principales voces a favor de esta medida antitécnica no están contentos con los resultados y cuestionan al mensajero, a quien lo someten a un reglamento que no se encuentra en ningún país de América Latina, con la excepción de Venezuela".

Para Tuesta, otro hecho que distorsionó la medida del JNE "es la obsesión del presidente Alan García contra las encuestas: desde las elecciones de 2006, desarrolló argumentos falaces contra nosotros y nos culpaba de que su crecimiento entre los electores no fue visibilizado, con el fin de colocar un manto de duda sobre sondeos y quitarnos un poder que no tenemos: influir directamente en el votante que supuestamente votará a ganador".