Hasta la fecha se desconoce quiénes fueron los primeros pescadores con mosca en el país. Pero según diversos testimonios de expertos, muchos aseguran que comenzó en el siglo XIX cuando llegó a Chile Federico Albert Faupp, un alemán contratado por el presidente José Manuel Balmaceda para aclimatar en la cordillera de Aconcagua a las primeras especies de salmónidos en el país.
Desde aquella época la pesca ha tenido un gran desarrollo, especialmente por la facilidad que entrega Chile con sus variadas especies exóticas junto con su geografía en sistemas fluviales. Hoy los sectores más atractivos para la pesca con mosca se encuentran entre las regiones de Valparaíso y Magallanes, ya que ahí existen cursos de agua con caudal permanente durante todo el año.
Aunque se suele pensar que para practicar la pesca recreativa sólo se debe tener una caña, hilo y ganas, en realidad hay que contar con una licencia que se obtiene a través de Sernapesca, la cual se compra por tramos de una semana, mes o año, y por un valor desde $2.700 hasta $10.600. Este deporte también se practica con cuatro tipos de moscas: secas -las que flotan en el agua imitando insectos adultos-, húmedas -que se hunden unos centímetros para asimilarse a insectos que se introducen en los ríos-, ninfas -diseñadas para imitar a larvas con desarrollo acuático- y streamers, que buscan ser como un crustáceo o peces pequeños.
Hoy la pesca con mosca es un deporte que cuenta con más de 10 mil aficionados y expertos, para quienes la principal atracción es poder encontrar un lugar virgen con abundancia de peces y paisajes únicos.
Nicolás Sutil, Country Manager Patagonia Chile
Lugar: Río Emperador Guillermo, región Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo.
"Es un río de 46 kilómetros de largo. Es relativamente angosto como un arroyo. Nace en el oriente, desde la falda norte de los cerros Mano Negra y Colorado. Pasa por bosques nativos y cerros, lo que entrega pequeños atributos al lugar en flor y fauna. Es común ver pumas, huemules y aves de la región.
En el río encuentras truchas super vivas y oxigenadas, de tamaños pequeños y medianos, siempre en abundancia y con grandes sorpresas. En su mayoría son truchas arcoíris y farios. Creo que lo que más destaca del Emperador Guillermo es que se puede pescar con diferentes técnicas tales como la modalidad tenkara, la que es sin carrete y sólo la línea, o la mosca tradicional.
Este es mi lugar preferido porque se puede caminar por el río, que es lo que más me apasiona. No me gusta pescar arriba de un bote, porque me aburro y me siento desconectado del lugar. Este río es para pescarlo caminando, incluso no dan ganas de volver al lodge. Por eso hay que protegerlo, ya que es fundamental para la pesca en la región. Si se logra cuidar, tendremos sin problema pesca para los próximos 200 años.
Al sitio se puede llegar de varias formas, pero lo más común es por el camino que va a Mañihuales. Si van por esa ruta, es importante pedir permiso para pasar a los campos privados que lo bordean. Suelo ir con mi mujer e hijos, ya que están en edad para poder acampar una semana allá y disfrutarlo a concho.
Si tuviera que recomendar otra actividad sería bajar el río Petrohué, ubicado en la región de Los Lagos, pescando sobre un stand up paddle con pantalones cortos. La bajada comienza a las 9 de la mañana, a la altura del Hueñu-Hueñu, y avanzas 15 kilómetros. El lugar es increíblemente mágico hasta llegar al final en los arenales. Recomiendo realizar esa experiencia con Patagonia Fishing Rockers, junto al guía Gustavo Arenas, la persona ideal para la travesía".
Gabriel Benoit, guía de pesca de Coyhaique
Lugar: Río Simpson, región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo.
"Conocí el lugar a los 11 años porque iba todos los veranos donde un amigo de mi familia. Su casa quedaba arriba del río y él me enseñó a pescar. Ahí saqué mis primeras truchas con mosca. El río es emblemático para Aysén, ya que, a nivel mundial, es reconocido por tener una pesca increíble, convirtiéndose en el corazón de esta área para la región.
El río tiene una extensión de por lo menos 90 kilómetros se forman desde el río Blanco, que proviene desde el Parque Nacional Cerro Castillo, junto con el río Huemules, que se crea desde la Pampa. Ambos se unen en el poblado Blanco y forman el Simpson, que luego se une con el Mañihuales que da inicio al río Aysén para finalmente desembocar en el mar. Ese extenso recorrido de variados ríos lo convierte en un lugar con gran diversidad de pesca. Puedes encontrar salmones chinook, trucha fario y arcoíris. En otros tramos también puedes encontrar peladillas. Acá, siempre se debe respetar la devolución porque son lugares que merecen respeto.
Hoy vivo en Coyhaique, en el Valle Simpson, que está a cinco minutos del río donde suelo ir dos veces por semana. Algunas veces voy acompañado de amigos o clientes, tantos extranjeros como nacionales, relacionados con el área de pesca con mosca. Me gusta llevar gente ahí porque está muy cerca de Coyhaique, rompiendo el mito de que los ríos que están cerca de la ciudad no son aptos para pescar.
Me gustaría llevar al próximo presidente a conocerlo y que vea lo que está sucediendo en el lugar con la extracción de ripio. También me gustaría que existiera una conciencia sobre que la trucha es un recurso que debemos cuidar. El río es un emblema de la actividad con mosca y es la atracción número uno de la región, pero lamentablemente no se cuida. Nadie fiscaliza que, cuando la temporada de pesca está cerrada y las truchas están desovando, la gente no intervenga. He visto a algunos con lanzas y ganchos matando truchas".
Sebastián Galilea, dueño de los lodge Cinco Ríos y Estancia del Zorro.
Lugar: Río Ñirehuao, región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo.
"Desde los 14 años que pesco en diferentes ríos. Un amigo canadiense me enseñó a pescar con mosca y me llevó al río Ñirehuao. Hoy vivo en Coyhaique, a una hora de distancia del río, y en verano me escapo por lo menos una vez a la semana.
Lo que más me gusta del lugar es el curso serpenteante del agua. Mis fechas preferidas son enero y febrero, cuando los saltamontes están hirviendo en los pastizales y caen torpemente al agua, arrastrados por el viento. Es ahí cuando las truchas marrones están atentas, esperando a que caiga algún incauto y engullirlo con una voracidad impresionante.
Me gusta lanzar desde el banco más próximo al pez, tan cerca que ni siquiera pueda ver la mosca en el agua por lo alto del pastizal ribereño y así escuchar cómo la trucha se traga la mosca y se clava en el anzuelo. Esa pesca de oído es mi favorita.
Pescar en ese río me da una paz total, su vista es majestuosa al Valle de la Luna (porque también tenemos uno en la región de Aysén) junto con ver cómo se pone el sol sin más estorbo que el graznido de las avutardas y patos.
Suelo ir a pescar sin compañía porque hay cosas que realmente se disfrutan solo. Así me desconecto y aprovecho ese momento. Cuando voy con gente, generalmente estamos a 300 metros de cada uno, por supuesto que después nos juntamos y nos contamos cómo nos fue, pero mientras pescamos no conversamos. Además, si hablas, espantas a las truchas.
Soy un poco celoso a la hora de recomendar un lugar porque me gusta la paz que encuentro en el mío. Los lugares que realmente me gustan son mágicos y secretos porque nadie más va. Son lugares donde uno se mete a caballo y caminas por más de tres horas para dar con él. Por eso es importante mantenerlos en secreto y es mejor dejarlos así".
Ximena Saffie, pescadora deportiva
Lugar: Río Baker, región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo.
"Me integré al mundo de la pesca hace 10 años. Antes no pude porque me dediqué cien por ciento a la crianza de mis hijos. Pero hoy, cuando ya todos se fueron de la casa y tienen sus vidas armadas, encontré esta pasión que me une con mi esposo y nos crea instancias para estar juntos. Me gusta la pesca con mosca porque no se hace daño a la naturaleza, se devuelve el pez a su hábitat y permite la oportunidad a otro pescador.
Mi lugar favorito de pesca es el río Baker, el que se forma del lago General Carrera y del lago Beltrán. Para llegar debemos tomar un avión hasta Balmaceda y luego del lodge nos van a buscar al aeropuerto. El lugar es maravilloso, el agua tiene un color turquesa y es muy pescable. Además, puedes ver huemules a tu alrededor mientras estás ahí.
El Baker es un río difícil de manejar donde uno tiene que tener harta experiencia para enfrentarse a la pesca y te puedes meter en bote. Se debe trabajar mucho la mente porque se debe calcular dónde está la trucha y dónde cae la mosca, todo sin que te vea ni espantarla.
Lo que más me gusta del río es la dificultad a la que te enfrentas con los peces. Se meten contra la corriente y dan una pelea increíble. Es fome cuando los peces se te regalan, la gracia está en poder sacarlo. La gente suele creer que pescar es sólo suerte, lo que es cierto en parte porque debes tener suerte para encontrarte un pez grande, pero lo importante es poder sacarlos. Y eso es sólo experiencia.
De los diez años que llevo en esta área sólo en una oportunidad me he encontrado con una mujer en un viaje. Creo que se debe un poco a la crianza de los hijos y que muchas no están dispuestas a ir a un lugar que no tiene baño ni comodidades, por lo que esa preocupación femenina puede jugar en contra. Es por eso que los hombres hacen su club de Toby y se cierran, negándoles la oportunidad a las mujeres".
Marc Whitaker, dueño de tienda Rod and Gun
Lugar: Lago Jurásico (Strobel), Calafate, Argentina.
"Escuché de este lugar por primera vez en mi tienda de boca de clientes que iban a comprar y también de pescadores avezados. Lo que más comentaban era la experiencia que vivían y especialmente de cómo llegar. Después, en un show de pesca al que fui en Sao Paulo en 2011, conocí a una persona que abrió un lodge muy cerca del sitio y me invitó, junto a otros chilenos, a conocerlo.
Desde aquella vez viajo casi todos los años porque es un oasis extraordinario. Es un lago de 85 kilómetros lleno de minerales que alimenta al río Espejo, donde pesco una de mis especies favoritas: trucha arcoíris. Del tiempo que llevo en esto nunca he visto un lugar que se asemeje a la forma y a lo que pesco ahí, aun considerando que trabajé un verano en Alaska.
Hoy estoy en busca de superar mi récord de pesca: una trucha de 11,4 kilos. Suelo ir con amigos y pescadores idóneos para este tipo de pesca porque el lugar es duro, los peces te maltratan y son muy grandes. No lo recomiendo para principiantes.
Otro lugar de pesca que recomiendo es todo el sur de Chile, pero lamentablemente acá no hay respeto ni fiscalización por la escasez de productos. El fin de semana pasado estuve en la playa y fui uno de los pocos que no estaba pescando corvina, porque está en veda. Chile es un país que tiene la posibilidad de tener pesca extraordinaria, pero el hecho de que exista gente que todos los días está descubriendo ríos para extraer peces y venderlos a los restaurantes, hace que esta pesca recreativa se vuelva contraproducente".