"Señor Putin traiga a mis hijos a casa", imploró ante las cámaras de televisión la holandesa Silene Frederiksz, que perdió a su hijo de 23 años, Bryce, y a la novia de éste, Daisy. Porque a cuatro días del derribo del avión de Malaysia Airlines, con 298 personas a bordo, los ojos de la comunidad internacional están puestos sobre el presidente ruso, por su supuesta participación en el hecho.
El mismo secretario de Estado norteamericano, John Kerry, señaló el domingo que había "una creciente y extraordinaria evidencia que mostraba la participación rusa en el ataque". "Es muy claro que este sistema (de misiles, que derribó al avión malasio) fue transferido de Rusia a manos de los separatistas", dijo el jefe de la diplomacia norteamericana.
Pero no sólo Estados Unidos ha apuntado a Rusia, también lo ha hecho Reino Unido y Australia. Este último perdió a 37 de sus ciudadanos y ha sugerido prohibir que Putin asista a una reunión del grupo del G20 en noviembre, si es que no presiona más a los rebeldes.
Los medios también han manifestado sus críticas. Así, el diario británico I Newspaper -de la misma propiedad que The Independent- publicó ayer en su portada: "Putin el paria enfrenta nuevas sanciones". El periódico hacía una directa alusión a la conversación que la canciller alemana, Angela Merkel; el Presidente francés, François Hollande, y el primer ministro británico, David Cameron, sostuvieron el domingo sobre el tema. Un portavoz del gobierno británico dijo que los líderes acordaron que la Unión Europea "debía reconsiderar su estrategia con Rusia y los cancilleres deberían estar listos para imponer más sanciones cuando se reúnan el martes (hoy)".
Mientras que en una columna publicada por el periódico The Australian se señaló que, desde "los oscuros días de la vieja Unión Soviética bajo Leonidas Brezhnev (1964-1982) que Rusia no era considerada como paria. Si Putin quiere evitar el aislamiento de la Guerra Fría, debe dejar de intervenir en Ucrania, desarmar a los rebeldes y respaldar una completa investigación sobre el destino del vuelo MH17".
Esta imagen dista mucho de la que tenía en septiembre del año pasado, cuando su posición estaba fortalecida en el concierto internacional, tras la vacilación del Presidente norteamericano, Barack Obama, respecto de un ataque a Siria. Incluso en marzo pasado, cuando la región ucraniana de Crimea se anexó a Rusia, a vista y paciencia de sus vecinos europeos.
"Putin es visto como el hombre que entregó las armas que derribaron el avión. No puede borrar esa percepción fácilmente, aun si coopera y trata de poner fin a la violencia en el este de Ucrania", dijo a La Tercera Daniel Treisman, profesor de ciencias políticas, especialista en Rusia de la Universidad de California.
Sin embargo, en Rusia, el panorama es totalmente lo opuesto, con estas acciones el líder se ha hecho más popular, y como dice el diario The Washington Post, "más que cualquier político estadounidense haya soñado ser". Una nueva encuesta de Gallup mostró que 83% de los rusos respalda el desempeño de Putin. Eso representa un alza de 30 puntos respecto del año pasado y coincide con las cifras que tuvo en su mandato previo, en 2008. "Su aprobación aumentó después de los exitosos Juegos Olímpicos en Sochi y después de la invasión a Crimea. Esta inmensa alza de ahora refleja la tendencia del público a congregarse tras su líder en un momento de victoria militar. Muchos rusos veían a Crimea como una histórica parte de Rusia y estaban encantados de su regreso", sostuvo Treisman.
Según The Washington Post, las cifras de Putin están -sin duda- "motivadas por el hecho de que su país tiene medios de comunicación controlados por el Estado y es más fácil parecer un héroe cuando los medios están de tu lado. Por ejemplo, los rusos tienen un entendimiento distinto de lo que ocurrió en Crimea, al creer que los nacionalistas ucranianos eran responsables de eso".