Pese a los numerosos llamados y pedidos de clemencia a nivel internacional, el estado norteamericano de Georgia mantiene programada para esta tarde la ejecución de Troy Davis, un ciudadano negro condenado por el homicidio de un policía blanco en 1989, sobre cuya culpabilidad persisten serias dudas.
Davis, de 42 años y quien ha pasado los últimos 20 en la cárcel, fue declarado culpable de la muerte del agente Mark MacPhail, luego de un juicio basado principalmente en las declaraciones de testigos.
Siete de los nueve testigos que declararon contra Davis, sin embargo, se retractaron o cambiaron su afirmaciones después del proceso, celebrado en 1991, denunciando algunos de ellos intimidación policial.
El hombre, convertido en el enésimo símbolo de la lucha contra la pena de muerte, dentro y fuera de Estados Unidos, pidió también someterse a la prueba del polígrafo para demostrar su inocencia, pero su solicitud fue rechazada hoy.
El martes, el comité de indultos de Georgia le negó la clemencia. Pese a los últimos y frenéticos intentos de sus abogados por obtener un aplazamiento de la ejecución, y a llamados internacionales como el del vocero de la cancillería francesa, quien tachó su muerte de "error irreparable", está previsto que Davis reciba en pocas horas una inyección letal en la cárcel de Jackson.
Davis, que hoy mantuvo un largo encuentro con sus familiares, rechazó una comida especial para su último día de vida por lo que, según precisó el diario local The Atlanta Journal-Constitution, comerá lo mismo que los otros 2.100 presos del penitenciario.
En estas horas se le permitió leer, escuchar música, ver la televisión y hacer llamados telefónicos. Luego hará sus declaraciones finales, será lavado y acudirá a su cita con el verdugo. Un guardia de la prisión "anotará todo lo que hará", recordó The Atlanta Journal-Constitution.
Wende Gozan Brown, activista de Amnistía Internacional que visitó a Davis en prisión, dijo que el hombre está "bien de ánimo, en paz y lleno de oraciones", reportó la cadena ABC.
"Me dijo que no dejará de luchar mientras respire, y que Georgia está por quitar la vida a un inocente", agregó. Los abogados presentaron un recurso para tratar de suspender in extremis la ejecución y obtener el enésimo aplazamiento, con la esperanza de que el tribunal decida examinar nuevas pruebas.
No sería la primera vez que se posterga la ejecución: ésta es la cuarta vez que Troy se acerca a la hora de su muerte. La familia de la víctima, por su parte, cree que Davis es culpable y debe morir. Su muerte "me dará algo de paz", señaló hace unos días la madre del policía asesinado, Anne MacPahil.