La Junta de Perdones y Libertad Condicional del Estado de Georgia, EEUU, negó hoy clemencia a Troy Davis y mantuvo para mañana su condena a muerte, por inyección letal, en una cárcel de Jackson, al sureste de Atlanta por el asesinato en 1989 del efectivo policial, Mark MacPhail.
De esta forma se desechó conmutarle la pena de muerte por una cadena perpetua, a pesar de que siete testigos de la acusación original han cambiado sus testimonios y hubo varias peticiones internacionales para echar pie atrás a la condena, entre ellos Amnistía Internacional, la Unión Europea, y políticos como el ex Presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, además del propio Papa Benedicto XVI.
Davis, de 42 años y afrodescendiente, fue condenado en 1991 por la muerte a balazos de MacPhail y en las dos décadas que ha pasado en la celda de condenados a muerte sus abogados han agotado todas las apelaciones ante los tribunales.
El vocero de la Junta, Steve Hayes, dijo que el comité rechazó los pedidos de clemencia después de escuchar los testimonios de quienes quieren evitar la ejecución, así como de la fiscalía y los familiares del policía asesinado en Savannah.
En las últimas semanas subió a casi un millón de personas la cifra de quienes en todo el mundo han firmado peticiones de clemencia para Davis.
Tras la denegación de la clemencia, el Estado de Georgia ejecutará a Davis, a menos que el gobernador, Nathan Deal, lo perdone.