El nuevo presidente Petro Poroshenko, que ganó las elecciones el 25 de mayo con el 54,7% de los votos, prestó juramento ante el parlamento y sobre la Constitución y el Evangelio. "Asumo la presidencia para preservar y reforzar la unidad de Ucrania", dijo en su primer discurso.
El millonario prooccidental de 48 años prometió este sábado en su discurso de investidura mantener la unidad de Ucrania amenazada por la insurrección separatista en el este, un día después de una reunión con Vladimir Putin que devuelve las esperanzas de paz.
Dirigiéndose a los habitantes del este del país, Poroshenko prometió descentralizar el poder y garantizar el uso libre del ruso como lengua.
"Crimea ha sido y seguirá siendo ucraniana", declaró, desatando aplausos en el parlamento, en presencia de numerosos jefes de Estado extranjeros. "Se lo dije claramente al dirigente ruso" Vladimir Putin, con el que se reunió el viernes en Francia coincidiendo con la conmemoración del Desembarco de Normandía. Sin embargo, no indicó cómo pensaba recuperar el control de Crimea, que de acuerdo con el presidente ruso Vladimir Putin fue entregada injustamente a Ucrania por el líder soviético Nikita Kruschev.
El nuevo presidente de Ucrania llamó al diálogo con el este del país, y pidió a los insurgentes que depongan las armas, pero dijo que no hablará con rebeldes a los que calificó de "gánsteres" y "asesinos", mostrando escasas señales de una rápida solución al conflicto en el este, en el cual han muerto más de 200 personas de acuerdo con las autoridades.
Dirigentes rebeldes en el este desdeñaron el discurso.
"Esta declaración no nos concierne", dijo el autoproclamado primer ministro de la república insurgente de Donetsk, Alexander Borodai, informó la agencia noticiosa RIA Novosti.
Poroshenko ofreció una amnistía a los rebeldes que "no tienen sangre en las manos", pero el líder insurgente de la región de Lugansk, Valery Bolotov, dijo "yo no le creo".
En la ceremonia de investidura participaron el vicepresidente estadounidense Joe Biden, el presidente del Consejo Europeo Herman Van Rompuy y numerosos jefes de Estado y de gobierno de Europa del este como el presidente polaco Bronislaw Komorowski y la presidenta lituana Dalia Grybauskaite.
La OTAN y la UE se han felicitado de la investidura de Poroshenko y han recordado que Ucrania tiene el apoyo de ambas instituciones para mantener su integridad territorial y su estabilidad.
"Confío en que el liderazgo de Poroshenko contribuirá a la estabilización del país basándose en el diálogo político que comenzó antes de las elecciones", dijo el secretario general de la Alianza atlántica, Anders Fogh Rasmussen, en un comunicado.
Como presidente, Poroshenko es comandante en jefe de las fuerzas armadas y designa a los ministros de defensa y relaciones exteriores. El Parlamento elige al primer ministro.
Poroshenko, apodado el "Rey del Chocolate" porque hizo su fortuna como fabricante de golosinas, fue elegido el 25 de mayo. Sucede a Alexander Turchinov, quien ejerció interinamente después que el presidente pro ruso Viktor Yanukovich huyó del país en febrero luego de meses de protestas masivas.
NEGOCIACIONES PARA EL ALTO AL FUEGO
En las ceremonias en Normandía, el viernes, Poroshenko acordó con Putin comenzar las negociaciones el domingo en Kiev para conseguir un alto el fuego, mientras que la insurrección separatista sigue extendiéndose en el este del país.
El nuevo presidente ucraniano, un hombre de negocios que ha hecho fortuna con el chocolate, es el sucesor del prorruso Viktor Yanukovich, destituido a finales de febrero tras un baño de sangre en Kiev, donde miles de personas pidieron su renuncia durante tres meses. Desde entonces está exiliado a Rusia.
Poroshenko quiere mantener en el puesto al actual primer ministro interino Arseni Yatseniuk, miembro del partido de la exprimera ministra Yulia Timoshenko, segunda en las elecciones presidenciales con el 12,8% de los votos y que estaba presente en la ceremonia de investidura.
El nuevo presidente tiene ahora la difícil tarea de concretar sus aspiraciones europeas, sacar a Ucrania de una recesión agravada con la crisis actual y, sobre todo, unir a un país al borde de la guerra civil.
Desde la caída de su predecesor, Ucrania ha perdido de facto la península de Crimea, que se unió a Rusia tras un referéndum que la comunidad internacional consideró ilegal, y está combatiendo una insurrección armada dirigida, según Kiev, por Moscú que ha dejado más de 200 muertos en dos meses en el este.
Los rebeldes, que el viernes derribaron un avión de transporte militar ucraniano, controlan una parte de la frontera y de Donetsk, la capital de una región industrial de seis millones de habitantes que representa una quinta parte de la economía del país.
Putin, que no ha reconocido oficialmente la victoria de Poroshenko, dijo que en general la postura del dirigente ucraniano era "justa". "Ucrania debe demostrar buena voluntad y detener la operación de represión", añadió.
Rusia critica contundentemente la operación armada que está llevando a cabo el gobierno de Kiev para recuperar el control de las regiones separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, en el este del país.