La etiqueta y los conciertos con gente que aplaude sentada no le apetecen. Ella prefiere extroversión en las butacas, algo de relajo e intervención del público. En cada una de sus presentaciones deja que los asistentes le sugieran qué tocar, sin previo aviso, sin "palos blancos" . Es lo que la pianista venezolana Gabriela Montero llama "improvisaciones".
Así ha estructurado sus conciertos desde siempre y así lo repetirá en Chile el sábado 2 de noviembre en el Teatro del Lago de Frutillar. La actuación de Montero, nominada a un Grammy por su disco Baroque (2007) con piezas de Bach y Haendel, es parte de la Gala Anual del Teatro.
Gabriela Montero (43) tiene un contrato con el sello EMI y uno de los álbumes más importantes de su carrera es Bach and beyond (2006), donde hace variaciones a partir de obras de Bach. "Cuando estudiaba no me dejaban improvisar, pero cuando conocí a la destacada pianista argentina Martha Argerich todo cambió: ella me impulsó a hacer esto en todos mis conciertos. Para mí es mi parque de diversiones privado. Después de tocar el programa oficial, paso a la segunda parte donde pido que me canten algo. Con eso puedo hacer una fuga hasta de nueve minutos", explica desde Montevideo donde hace escala en su gira. "No estoy inventando nada. Esto de tocar libremente era una práctica habitual en las épocas de Mozart, Beethoven o Chopin. Yo me siento de 300 años atrás", agrega sobre el concierto que incluirá en su primera parte a Brahms y Schumann (información en Teatrodellago.cl)
Residente en Estados Unidos, Montero fue una de las tres elegidas para tocar en la asunción de Barack Obama en enero de 2009 junto al violinista Itzhak Perlman y el chelista Yo-Yo Ma. "Fue una experiencia de otro nivel. No se trataba de cualquier presidente, sino que del primer mandatario negro en la historia de EE.UU. Hacía mucho frío en Washington y temíamos que los instrumentos sufrieran, que se destemplaran. Afortunadamente todo salió muy bien", recuerda.
Niña prodigio, Montero dio su primer concierto a los ocho años en 1978 junto a la Orquesta Juvenil de Venezuela, que luego sería parte del Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela. "Creo que el sistema es una de las pocas cosas que todavía funcionan bien en Venezuela. Siempre tendrá mi apoyo", dice la intérprete.