El tamaño de la economía china va a superar este año al de la eurozona y, gracias a un crecimiento que va a seguir siendo muy superior, lo triplicará en 2060, según las previsiones que difundió hoy la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El Producto Interior Bruto (PIB) de China fue en 2011 un 17 % del total mundial, porcentaje equivalente al de la eurozona pero todavía inferior al 23 % de Estados Unidos, recordó la OCDE.
Pero el PIB del gigante asiático pasará a suponer el 28 % en 2030, cuando los de los otros dos bloques habrán quedado reducidos al 12 % y al 18 % respectivamente, indicó la OCDE en sus nuevas previsiones para dentro de 50 años.
China continuará representando un 28 % en 2060, cuando la eurozona no significará más que el 9 % del PIB global y Estados Unidos un 16 %, mientras que India habrá incrementado su peso específico al 18 %, frente al 7 % actual y al 11 % en 2030.
Eso significa que la economía de India -que está adelantando a Japón y lo hará con la zona euro en 20 años- sumada a la de China habrán dejado atrás en 25 años al conjunto del G7, y en 2060 al conjunto de la OCDE.
Esta revolución de la geografía económica mundial se debe a la divergencia de las tasas de progresión económica, que serán de una media del 2 % anual durante el próximo medio siglo en los 34 países de la OCDE y del 3,9 % en el resto.
Dentro de los grandes países emergentes, los mayores ritmos de aumento del PIB se darán en India (5,1 %), Indonesia (4,1 %) y China (4 %), notablemente por encima de Brasil (2,8 %), Argentina (2,7 %) y sobre todo Rusia (1,9 %).
Dentro del conocido como el "Club de los países desarrollados", las diferencias también son notables, con máximos en México (3 %), Turquía (2,9 %), Chile (2,8 %), Australia (2,6 %) e Israel (2,6 %) o una cifra ligeramente por encima de la media en Estados Unidos (2,1 %).
Donde la economía crecerá menos será en Alemania (1,1 %), Luxemburgo (1,1 %), Japón (1,3 %), Italia (1,4 %), Grecia (1,4 %), Portugal (1,4 %), Austria (1,4 %), Francia (1,6 %), Corea del Sur (1,6 %), España (1,7 %) y Holanda (1,7 %).
La subida del PIB mundial tendrá un ritmo medio anual del 2,9 % de aquí a 2060, con una subida más rápida hasta 2030 (3,7 %) que a partir de esa fecha (2,3 %) debido sobre todo a la ralentización del mundo en desarrollo, y muy particularmente de China (con progresiones anuales del 6,6 % y del 2,3 % respectivamente).
Uno de los principales factores que están detrás de esos movimientos, según la OCDE, es el envejecimiento de la población, que en el horizonte de 2060 va a reducir la participación en la fuerza laboral -y por tanto en la actividad económica- en países como Polonia, Corea del Sur, Portugal, Eslovenia, pero también en China.
Otro son las ganancias de productividad, que globalmente van a experimentar un alza anual del 1,5 %, que será muy superior en países donde actualmente hay niveles bajos, como India, China, Indonesia, Brasil y otros de Europa oriental.
Allí, las mejoras vendrán de una elevación de la formación, la apertura comercial, la mayor competencia interior y medidas de regulación que favorecen la difusión tecnológica.
Una de las consecuencias de este cambio del mapa económico mundial va a ser la convergencia del poder adquisitivo entre el mundo emergente y el desarrollado, aunque los autores del informe precisaron que no van a desaparecer las diferencias.
La progresión del poder adquisitivo será del 1,7 % anual en la OCDE y del 3 % en el resto. Una vez más, China será la protagonista de esa tendencia, ya que el poder de compra de sus habitantes, que se situaba en torno al 15 % del de los estadounidenses en 2011, será sólo un 25 % inferior en 2060.
En algunos países europeos, particularmente afectados por el envejecimiento, las diferencias de nivel adquisitivo respecto a Estados Unidos se acrecentarán. En concreto, Grecia, Italia, España, Francia, Alemania, Austria e Irlanda.