La verdadera epidemia de sobrepeso y obesidad que sufre México llevó a una organización no gubernamental y luego a una senadora de oposición a proponer la aplicación de un impuesto del 20% a las bebidas gaseosas.
La senadora del Partido Acción Nacional (PAN, derecha) Marcela Torres, señaló la necesidad de "ponderar siempre y en todo momento, por encima de cualquier argumento o interés privado, la salud, pero sobre todo la vida de los mexicanos que es nuestro recurso más preciado".
En 2010, el gasto de las familias mexicanas en bebidas no alcohólicas, incluyendo a las gaseosas, representó el 7% del gasto total en alimentos.
"Los hogares mexicanos destinaron la misma cantidad de dinero en refrescos que en carne de res", afirmó alarmada la legisladora.
Un estudio de la universidad de Yale, Estados unidos, mostró que la probabilidad de que un niño sea obeso aumenta un 60% por cada porción de gaseosa que consume al día, mientras que en el caso de las mujeres sube en 23% el riesgo de enfermedades del corazón.
Por tal motivo, la senadora consideró indispensable tomar acciones como Estado y sociedad para revertir este grave problema.
"La finalidad de la presente iniciativa es inhibir el consumo de refresco de manera inmediata, como una medida de salud pública urgente para disminuir así la prevalencia e incidencia del sobrepeso y la obesidad en nuestro país", dijo.