Grupos de derechos humanos pidieron hoy un juicio justo para el cineasta tibetano Dhondup Wangchen, acusado por las autoridades chinas de "incitar al separatismo" por filmar un documental en el Tíbet antes de las protestas de marzo de 2008.
En un comunicado, la organización Human Rights Watch (HRW) expresó su preocupación porque el acusado, que padece además de hepatitis B, reciba un juicio justo, y pidieron su liberación.
Wangchen, de 36 años, fue arrestado el 26 de marzo de 2008, después de las revueltas tibetanas en las que murieron entre 20 y 200 personas, por lo que lleva detenido 16 meses.
Su delito consiste en haber llevado a cabo un centenar de entrevistas con tibetanos comunes entre octubre de 2007 y marzo de 2008 para realizar un documental sin aprobación oficial.
El abogado del acusado, Li Dunyong, solo ha podido verlo en una ocasión, en julio, y asegura que las autoridades han torturado a su cliente para conseguir su confesión, a pesar de lo cual se declarará inocente de los cargos que se le imputan.
El documental de Wangchen (cuyo nombre en mandarín es Dunzhu Wangqing o Dangzhi Xiangqian) fue distribuido entre los periodistas extranjeros durante los Juegos Olímpicos de Pekín en agosto del año pasado.
"Dhondup Wangchen debería tener un juicio justo o ser liberado. Violar el proceso adecuado para asegurar su condena sólo dañará más la imagen del sistema judicial en China", señaló Sophie Richardson, portavoz de HRW.
Además de Wangchen, un monje de Qinghai que trabajó en el documental también fue arrestado en la misma fecha y torturado, aunque fue liberado siete meses más tarde, y otros siete entrevistados o colaboradores del documental han sido perseguidos o interrogados.
Cualquier tema relacionado con la etnia tibetana se ha convertido en motivo de censura para el gobierno autoritario del Partido Comunista de China (PCCh) después de las revueltas de 2008, un control similar al que está aplicando con la etnia uigur tras los ataques del mes pasado en el oeste del país.