Pilar Donoso: Una vida marcada por la imagen de su padre
La hija del escritor chileno tuvo una ambivalente relación con él, que reflejó en el libro Correr el tupido velo.

"Si bien parece un ejercicio de terapia de la hija, se trata de una terapia brutal. Crece la complejidad literaria de Donoso, pero la pregunta que hay que hacerse es moral: ¿Vale tanto la literatura para llegar a dañar de esa forma a quienes te rodean?". Esta pregunta, hecha por el escritor Alvaro Bisama a La Tercera cuando apareció el libro de memorias Correr el tupido velo, donde Pilar Donoso rememora su vida junto a su padre, José Donoso, le dan un tinte dramático a la noticia de su muerte, ocurrida anoche en su departamento de Providencia.
Hace casi dos años, la aparición del polémico libro de memorias enfadó a algunos, sorprendió a otros y confirmó ciertos aspectos sobre la vida del célebre escritor chileno que se sabían a medias: su atormentado mundo interior y la ambivalente, compleja relación que sostuvo con su esposa e hija. Adoptada a muy temprana edad en España, Pilar fue la única hija del escritor y María del Pilar Serrano, y vivió su infancia y adolescencia en un ambiente marcado por la literatura.
"Pepe no quería a Pilarcita, la adoraba", cuenta Ester Edwards, íntima amiga del matrimonio, para quien la hija del escritor aparentemente tuvo una vida normal hasta cierto momento. "Se casó, tuvo hijos, una casa preciosa, pero qué pasaba por esa cabeza? No sé, nunca aprendí a leerla", cuenta. Edwards se refiere a la enorme influencia del escritor en su vida, lo que de cierta manera pudo configurar una personalidad solitaria e insegura. Consultada alguna vez si había intentado escribir, la propia Pilar decía que no había podido. "Obviamente hay un bloqueo por este peso de ser la "hija de". Yo no me arriesgaría. Esperan mucho de uno", comentaba en una entrevista del año 2005.
La trastienda de su historia personal y familiar, según ella lo dice en el libro, era más dramática. Una historia de amor y admiración, pero marcada también por la crueldad que ejercía por momentos el autor de El obsceno pájaro de la noche, y cuya experiencia fue posteriormente exorcizada por su hija en Correr el tupido velo.
"Ella era una persona de notable lucidez, con una valentía increíble para mirar su realidad. Como buena discípula literaria de su padre, ella no corrió el tupido velo, lo descorrió. Creo que eso le produjo un desgaste emocional", cuenta Cecilia García Huidobro, Decana de la Facultad de Periodismo de la UDP y quien trabajó junto a Donoso en la edición del libro.
Por su parte, el escritor Jorge Edwards, comentó a La Tercera que "Pilar leyó la obra de su padre muy tarde y después de su muerte. Antes estuvo distanciada, bloqueada, abiertamente incómoda: uno adivina en diversos episodios que el gran rival, el enemigo potencial de las dos mujeres, la madre y la hija, era la obra del dueño de casa". Para el escritor, la muerte de Pilar es "un hecho horrible. La conocí desde que llegó por primera vez a la casa de José en España. Pilar era muy cercana a mis hijos, Ximena y Jorge. Hace un par de años la tuve almorzando en mi departamento en Santiago con su familia", recuerda.
Pilar Donoso estuvo casada con Cristóbal Donoso, de quien se separó durante el proceso de edición de Correr el tupido velo. Vivía sola en un departamento de Avenida Los Leones, mientras sus hijos habían quedado bajo la custodia de su progenitor. Según había declarado durante la promoción de Correr el tupido velo, los costos emocionales y personales que le significó la publicación, fue altísimo. "Ese libro me removió con una intensidad que me obligó a replantearme absolutamente todo. Quién era yo, cómo era mi vida, lo que había hecho hasta ahí", le confesó en noviembre del año pasado a la Revista Ya.
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