Chesley Sullenberger, el piloto que se convirtió en un "héroe" al acuatizar con éxito frente a Manhattan y salvar la vida de 155 personas, relató hoy su versión de los hechos, el mismo día en que se difundió la transcripción de las conversaciones de la cabina.
En la transcripción se puede leer cómo Sullenberger comentó con su copiloto nada más despegar del aeropuerto neoyorquino de La Guardia lo bonito que se veía el río Hudson, sobre cuyas aguas terminaría tan solo cinco minutos después el vuelo 1549 de US Airways del pasado 15 de enero.
"¡Qué vista hay hoy del Hudson!", exclamó el capitán poco después de despegar, según la transcripción de las conversaciones de la cabina difundidas este martes por el Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB).
Esta transcripción se utiliza en la investigación que una junta del NTSB sigue en Washington para conocer lo ocurrido en aquel vuelo de tan solo 5 minutos y 8 segundos.
El primer testigo en comparecer hoy fue el piloto, quien poco antes también había destacado en su mensaje a los pasajeros que hacía un día muy bueno y que el cielo estaba despejado.
Sin embargo, no contaba con que el impacto con unos gansos, tan solo 1 minuto y 37 segundo después de despegar, inhabilitaría ambos motores del aparato.
"Hemos perdido la propulsión de los dos motores", dijo Sullenberger por radio a los controladores aéreos.
Aunque trató de reiniciarlos y estudió, con la ayuda de los controladores, sus opciones de aterrizar en algún aeropuerto cercano, incluido el de Teterboro, en Nueva Jersey, el capitán finalmente afirmó con cierta calma: "Vamos a ir al Hudson".
Aquella decisión ayudó a salvar la vida de 155 personas entre pasajeros y tripulación pese a que en un principio sorprendió al controlador aéreo que lo atendía, quien le pidió que repitiera lo que había dicho y le sugirió que tratara de llegar al cercano aeropuerto de Newark.
Según la transcripción, desde la radio de otro avión se oye cómo algún piloto contesta al controlador: "Creo que ha dicho que se van al Hudson".
Efectivamente, el piloto de 58 años y con más de 40 de experiencia se decidió por un acuatizaje, ya que, según explicó en la vista de hoy, era "la única opción que quedaba en el área metropolitana lo suficientemente larga, ancha y suave".
Añadió que, una vez detenido el avión, recuerda que su copiloto dijo que no le había parecido tan duro como creía que iba a ser, una visión que desde luego no comparten algunos de los pasajeros, que sufrieron un violento impacto en la cola del avión.
De hecho, el aparato tocó el agua con el doble de fuerza para la que está preparado el fuselaje y a mayor velocidad de lo considerado seguro, según los documentos técnicos difundidos por el NTSB.
"Recuerdo tener una sensación de milagro, y decir: '¡Guau!, ¡Hemos sobrevivido al accidente!', pero inmediatamente después el agua estaba entrando a raudales por mi ventanilla", aseguró hoy Billy Campbell, un pasajero que iba sentado en la penúltima fila.
"Mi preocupación era que el avión se hundiera y que nos quedáramos encerrados en la parte trasera", explicó Campbell, quien, al darse cuenta de que esa zona estaba parcialmente sumergida y de que la puerta trasera no se podía abrir, saltó por encima de los asientos para llegar a la salida de emergencia.
Finalmente todos pudieron salir de aparato, incluidos Sullenberger y el copiloto, que salieron luego de los demás ocupantes de la aeronave.