A diferencia de lo que ocurre en países como Argentina, en Chile la posibilidad de vivir y dedicarse ciento por ciento al rally se hace casi imposible. Entre las razones figuran el poco tiempo para poder realizar este deporte, sus altos costos y lo poco difundida que está la actividad en el país.
Es por eso que casi todos los pilotos que corren en el Rally Mobil tienen a este deporte como segunda actividad, ya que la gran mayoría, de lunes a viernes y casi todo el año, deben dedicarse a sus trabajos y a todas las responsabilidades de una persona común y corriente. Y son estos días, los de competencia, los que le permiten poder escaparse de su rutina.
Tomás Etcheverry es piloto de la categoría R3. Estudió Ingeniería Comercial en la Universidad Católica y trabaja en la importación de vehículos. Al hablar del rally, asegura que participar en él es un paréntesis dentro de su vida. "Para nosotros, y para la mayoría, esto es una escapada de tres o cuatro días en donde te olvidas de todo. Además, es un deporte de bastante riesgo, por lo que hay que dejar de lado las preocupaciones y enfocarse en todo lo que pueda pasar. Eso te obliga a tener que estar mentalmente dedicado al ciento por ciento estos días. Se te olvida la casa, la familia, todo", asegura.
A Germán Lyon, piloto de la categoría N4, le han gustado desde siempre los motores. "Siempre he andado en moto, desde joven. En esa época estudié administración de empresas y hace seis años tengo mi propia compañía de servicios de limpieza", dice. Y ya desde hace tres años que participa en el Rally Mobil, por lo que repartir el tiempo entre su familia y el trabajo no siempre es fácil. "Es un tema no menor, ya que tengo cinco hijos y hay que darles tiempo a la familia y a los motores, porque entrenar no se hace fácil. No hay mucha disponibilidad de pista. Además, practicar en auto es complicado, porque es caro de mantener y cuesta mover toda la infraestructura que requiere", dice.
De igual forma, Lyon asegura que los días que participa en el Rally le permiten alejarse de todo: "Santiago es una ciudad muy estresada y el trabajo tampoco ayuda. Todo eso requiere de una válvula de escape y para mí ese escape es el rally".
Para Ramón Ibarra, piloto de R3, los días de competencia son una buena forma de alejarse de todo. "El miércoles en la noche ya estamos metidos y concentrados absolutamente en la carrera. Hay que tener la capacidad organizativa para poder lograr, en estos cuatros días, desconectarse de todo".
De esta manera, el rally ha pasado a ser un complemento en la vida de los deportistas. "Cada vez que compites, quieres subir de categoría, seguir avanzando. Lejos de ir dejando la actividad te vas entusiasmando cada vez más con ella", dice Lyon.