Hoy, cerca de las 20 horas, Sebastián Piñera subirá al escenario ubicado en Alameda con Portugal para cerrar su campaña de primera vuelta. En 25 minutos, el candidato buscará reforzar sus ideas programáticas con discursos orientados a la clase media y los sectores sociales más vulnerables.

Si bien La Moneda y el oficialismo han intentado desplegar una agenda en materias de DD.HH. para polarizar la recta final de la campaña, en el comando opositor han optado por no responder las críticas y, en cambio, apoyar la investigación (para empatizar con un candidato que aparece victimizado por la muerte de su padre), mientras siguen trazando líneas para el trabajo que comienza el lunes 14.

En este sentido, debido a que las encuestas tienen a Eduardo Frei como el rival con la primera opción de pasar al balotaje, en el comando piñerista trabajan en función de una campaña que tendrá como eje la idea del cambio, concepto que el propio abanderado acuñó ayer al comentar la encuesta Cerc. "Faltan cuatro días para que el cambio, el futuro y la esperanza lleguen a todos los hogares de nuestro país, pero muy especialmente a la clase media abandonada y a los sectores más pobres", señaló.

La irrupción de Marco Enríquez-Ominami, para cuyo eventual paso a segunda vuelta también existe un plan de contingencia en el piñerismo, le arrebató a la oposición el concepto de la alternancia y la novedad. Sin embargo, a la luz de los últimos sondeos, en la sede de Apoquindo 2921 han estado trabajando en un escenario en que, ante Frei, la palabra "cambio" recupera fuerza y asoma como el eje de la campaña del balotaje.

Si el rival fuera Enríquez, en tanto, la estrategia del abanderado opositor será la de remarcar conceptos como la gobernabilidad y apostará a marcar diferencias con los equipos técnicos y políticos que apoyan su candidatura.

Común a ambos rivales será la idea de la gestión. En las encuestas del CEP la gente da una cómoda ventaja a Piñera como el candidato que más capacidad tiene para resolver los siete principales problemas que más inquietan a la gente, como la crisis financiera, salud y delincuencia. En este sentido, el piñerismo quiere reforzar la presentación de iniciativas en estas áreas.

Esta arremetida irá de la mano con la presentación de "cifras" y ejemplos que buscan demostrar que, a juicio del piñerismo, el de Frei (1994-2000) fue un mal gobierno.

En segunda vuelta, también, la derecha saldrá a la caza de "los viudos de Enríquez", segmento cuyas características se han analizado en profundidad, sobre todo tomando en cuenta que un tercio de esos votos pasaría en forma directa a Piñera en el balotaje.