El triunfo de este domingo de Sebastián Piñera, rozando el 57% de los votos con el 80% del escrutinio, lo pone ante su tercera candidatura presidencial. En la primera, 2005, compitió contra Joaquín Lavín en primera vuelta, en una disputa interna RN-UDI que se resolvió con el paso de Piñera a un balotaje en que perdió contra Michelle Bachelet. Pero esa derrota le permitió quedar en un indiscutido lugar de privilegio al interior de su bloque, que se notó en la elección de 2009: en esa ocasión –tal como será ahora-, él fue el abanderado único de la derecha, entonces Coalición por el Cambio, obteniendo la presidencia en una segunda vuelta contra Eduardo Frei.

En esta ocasión, Piñera marcó dos puntos centrales: que decidiría formalmente su candidatura en marzo de 2017 y que estaría disponible para ir a primarias en caso de postular. Una apuesta que resultó más riesgosa de lo esperado por el intenso fuego recibido desde la candidatura de Manuel José Ossandón, quien incluso hizo entrar al ex mandatario en un durísimo intercambio en el único debate televisado del bloque que acaparó los titulares de buena parte de la última semana de campaña.

Al ex presidente le espera una carrera donde deberá lidiar con diversos temas de aquí a noviembre. Lo más inmediato que aparece en el horizonte es un aspecto interno de Chile Vamos: el bloque tiene 50 días para decidir su planilla parlamentaria –que debe estar inscrita el 21 de agosto-. Y si bien los conflictos se han mantenido hasta ahora en un bajo perfil, en las colectividades reconocen que Piñera podría tener que dar señales o derechamente intervenir en la distribución de cupos, en especial en el caso de Evópoli y el PRI, los dos partidos más pequeños de la coalición.

Al mismo tiempo, Piñera deberá resolver si hace gestos a Ossandón y Felipe Kast, sus dos rivales en la primaria de hoy. En el caso del senador, se ve más difícil, pero las campañas de ambos ya han tendido puentes para tratar de sanar las heridas que quedaron en una tensa primaria; por su parte, el diputado –más allá de algunos intercambios duros en el último debate- ha mantenido un tono respetuoso con el ex presidente y, por ende, podría recibir un eventual apoyo del ex mandatario para una candidatura al Parlamento, o ver incorporados varios de sus planteamientos en el programa final de gobierno de Chile Vamos.

A mediano plazo, su estructura de campaña deberá analizar a qué tipo de votantes apunta a movilizar en la elección de noviembre, considerando que es probable que haya otro candidato de derecha en la papeleta, el diputado José Antonio Kast, y que –hasta el momento- la DC aspira a pelear el centro político con la postulación de Carolina Goic.

Y de cara a los comicios, Piñera deberá ver cómo se despliegan las candidaturas de la Nueva Mayoría y el Frente Amplio, con Alejandro Guillier y Beatriz Sánchez como estandartes. De hecho, el resultado obtenido hoy por el bloque que llevaba a la periodista y Alberto Mayol como candidatos, con una cifra que no superaba la votación total de Ossandón, genera un escenario que deberá ser evaluado por la campaña a la hora de plantear en su estrategia quiénes son sus rivales más directos.