Durante los primeros meses de gobierno y tras diseñar la estructura de su equipo de asesores, el Presidente Sebastián Piñera solía presentar a María Luisa Brahm como sus "ojos y oídos" a quienes debutaban por entonces en el gabinete.
Brahm, abogada de la Universidad Católica, ex directora ejecutiva del Instituto Libertad e independiente ligada a RN, venía asesorando a Piñera desde sus primeros intentos por llegar a La Moneda. En la última campaña ratificó su influencia en el piñerismo al asumir como una de las coordinadoras de los equipos programáticos Tantauco.
Sin embargo, el Presidente dio una nueva misión a Brahm, quien desde marzo de 2010 ejercía como jefa de asesores del segundo piso de La Moneda, y la nombró como nueva ministra del Tribunal Constitucional (TC). Este organismo tiene una función estratégica para someter a revisión toda ley de implicancias constitucionales y resolver discrepancias que puedan originarse entre poderes del Estado.
Si bien el nombre de la abogada hace semanas se venía barajando, fuentes de Palacio dicen que recién ayer ella aceptó el nuevo desafío. Así el nombramiento fue zanjado en la reunión de comité político de ministros.
En el gobierno señalan que la designación es leída como un reconocimiento a la jefa de asesores -quien aún no tiene un sucesor claro- y busca fraguar la defensa del legado de Piñera desde esta institución. La abogada podrá permanecer en el TC por los próximos ocho años.
A inicios del gobierno Brahm hizo dupla con el ex ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter y fue la mujer más influyente dentro del Ejecutivo, incluso, sus decisiones estaban por sobre las atribuciones de algunos secretarios de Estado.
No obstante, el poder de la abogada -quien era criticada por la UDI y la directiva de RN, encabezada por Carlos Larraín- decayó con la incorporación de Magdalena Piñera, hija del Mandatario, al equipo de asesores y el enroque de Hinzpeter a Defensa.
Su designación en el TC es facultad privativa del Presidente, quien según la Constitución puede nombrar, sin consentimiento del Congreso y con la simple toma de razón de la Contraloría, a dos miembros en esta institución.
De esta forma, el Mandatario ayer también decidió renovar el mandato al abogado Iván Aróstica, también ligado al oficialismo, quien asumió en 2010.
Brahm, en tanto, reemplazará al ex ministro de la Presidencia y ex senador PS José Antonio Viera-Gallo, quien fue designado por Michelle Bachelet en el epílogo de su gobierno.
Ambos nombramientos darán al oficialismo una nueva mayoría en el TC, lo que es clave para el gobierno en caso de eventuales controversias con la oposición en el tratamiento de ciertos proyectos de ley.