Pasadas las 11 de la mañana, el Presidente Sebastián Piñera encabezó la ceremonia en la que se promulgó la reforma constitucional que adelanta la fecha de las elecciones presidenciales y parlamentarias.

En el Salón Montt-Varas del Palacio de La Moneda, el Mandatario destacó los principales aspectos de la reforma, cambios que buscan evitar que el proceso electoral coincida con las fiestas de fin de año y las vacaciones. Hasta ahora, los comicios se llevaban a cabo el 11 de diciembre, y la segunda vuelta se realizaba el 15 de enero. Con la modificación, las elecciones se realizarán el tercer domingo de noviembre, mientras que el balotaje -si es que se llega a esa instancia- sería exactamente un mes después, es decir, el tercer domingo de diciembre.

En la ceremonia -en la que también estuvo presente el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, y el titular de la Segpres, Cristián Larroulet-, Piñera, junto con firmar el proyecto que constituye la primera reforma política de su mandatato, dijo que la idea, asimismo, es "avanzar hacia una nueva ley de partidos políticos, que los haga más modernos, más representativos, más transparentes, que recuperen una mayor cercanía y una mayor legitimidad con la ciudadanía, de forma tal que sean más representativos y, también, más respetados". Además, sostuvo que se pretende "avanzar hacia acuerdos que nos permitan perfeccionar nuestro sistema electoral".

"Este es un tema que lo hemos conversado y discutido muchas veces, pero nadie puede negarse a buscar acuerdos, que tienen que ser amplios, sólidos y que nos permitan perfeccionar nuestro sistema electoral", sostuvo.

En esa misma línea, el Jefe de Estado reiteró la idea que "Chile está bien, pero la política está mal". Según destacó, "no hay democracia sana con política enferma".

"Tenemos que ser capaces de detectar, leer e interpretar los signos de fatiga que está dando nuestra democracia, y que se expresan, por ejemplo, por el hecho de que más de cuatro millones de chilenas y chilenos, que tienen, por su edad y su carácter, la capacidad de ser ciudadanos y ejercer su derecho de voto, no se inscriben en los registros electorales", comentó.

"Eso es una luz amarilla que no queremos que se transforme en luz roja. Y refleja una cierta fatiga de nuestra democracia", aseguró el Presidente, quien, no obstante, dijo que los jóvenes participan, por ejemplo, a través de las redes sociales y las marchas. "Es bueno que así sea. Eso demuestra que hay una energía ciudadana, una voluntad de participar, un deseo de querer construir un país mejor, pero esa participación no se está reflejando adecuadamente por los canales institucionales (…), como las elecciones", explicó.

Y afirmó que "esa energía tiene que canalizarse hacia el bien común, y no hacia fines que sólo son perseguidos por algunas minorías".

"Por eso, esas movilizaciones, esas marchas, esas expresiones, tienen, en mi opinión, dos límites", agregó, destacando el respeto a la ley y al derecho del resto de las personas. "Si un estudiante quiere protestar está en su derecho, siempre que lo haga dentro de la ley y en forma pacífica, pero no tiene derecho a privar a otro estudiante que quiere estudiar a también cumplir con su voluntad", concluyó.

En la ocasión, y en línea con las principales reformas políticas que se debaten entre el oficialismo y la oposición, el Presidente mencionó la necesidad de aprobar la ley de inscripción automática y voto voluntario, el voto de los chilenos en el extranjero -manteniendo un vínculo- y las iniciativas que permiten la realización de plebiscitos comunales y de primarias.