Uno de los últimos hitos internacionales del Presidente Sebastián Piñera será la visita oficial que realizará entre el 3 y 4 de junio a EE.UU., donde se reunirá con el mandatario norteamericano, Barack Obama.

A 16 años de la visita que hizo, en 1997, Eduardo Frei, el primer viaje a Washington que hacía un presidente chileno en décadas (el último había sido Jorge Allessandri en 1962), los encuentros entre gobernantes de ambos países se han hecho más rutinarios. Desde entonces, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet fueron recibidos en la Casa Blanca.

Aunque todavía no se conocen detalles del nuevo viaje, la Cancillería chilena informó que se tratará de una visita oficial y que será recibido en la residencia oficial en Washington.

Esta gira se viene organizando hace varias semanas y surgió a partir de una invitación de Obama a principios de este año.

El mandatario norteamericano había estado en Chile en marzo de 2011, por lo que correspondía que el gobernante chileno retribuyera el viaje, pero razones de agenda fueron aplazando el reencuentro.

A diferencia de la reanudación de visitas oficiales a fines de los 90, donde se buscaba construir un Tratado de Libre Comercio -TLC, hoy ya en vigencia- y recomponer las relaciones militares -congeladas tras la enmienda Kennedy de 1976, que vedaba la venta de armas a la región-, ahora el objetivo de Piñera es llevar las relaciones con EE.UU. a una nueva fase de integración.

Uno de los temas centrales de la agenda con Obama serán las negociaciones para flexibilizar la exigencia de visas de turistas y de negocios. La apuesta es incluir a Chile en el Programa de Exención de Visa (Visa Waiver Program), que permite a personas de 35 países viajar a Estados Unidos por turismo o negocios para estadías de 90 días o menos, sin necesidad de este requisito.

Además, está en tabla el avance del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que pretende ser la base de una zona de libre comercio entre varios países en torno a la cuenca oceánica. Es decir, llevar el TLC a una nueva generación.

Según la Cancillería chilena, los proyectos de transferencia y colaboración en materia tecnológica y educacional también serán parte de la reunión.

LOS OTROS VIAJES

El viaje de Frei, en febrero de 1997, ha sido la única vez que un presidente chileno realiza una visita de Estado e interviene en el Congreso norteamericano. "No hemos venido a pedir nada", fue la consigna de Frei en el Capitolio, en tiempos que se iniciaba la difícil negociación de un Tratado de Libre Comercio. Entonces, el Presidente norteamericano Bill Clinton era su principal aliado y pidió fast track, una vía rápida, para aprobar el acuerdo comercial.

En abril de 2001 fue el turno de Ricardo Lagos y el anfitrión fue George W. Bush. El TLC era aún parte de la agenda. A eso se sumaba el interés de Chile por adquirir una flota de F-16. Pese a que ambos temas se materializaron en el gobierno de Lagos, el chileno nunca tuvo buena relación con Bush.

En dos ocasiones le correspondió a Bachelet visitar la Casa Blanca. En 2006 fue recibida por Bush, donde la posibilidad de que Venezuela asumiera en el Consejo de Seguridad de la ONU fue uno de los temas.

En junio de 2009, Bachelet y Obama se reunieron con una agenda un poco menos tensa. Sin embargo, seguían los ruidos en la administración norteamericana por la reelección de José Miguel Insulza en la OEA y la situación de Cuba. En el plano económico de la tabla figuraba el tema energético y la incorporación de EE.UU. al Acuerdo de Asociación Transpacífico.