Una serie de llamados con seremis y otros representantes de los gobiernos regionales han cruzado en las últimas semanas los ministros políticos de La Moneda.

A través de los diálogos, dicen fuentes del Ejecutivo, los secretarios de Estado han logrado definir un mapa del clima electoral oficialista en cada zona, en medio de la conformación de la plantilla parlamentaria de la Alianza.

En los últimos días, La Moneda se ha preocupado de transmitir el diagnóstico de las regiones a los timoneles de la UDI y RN, Patricio Melero y Carlos Larraín, como una forma de ayudar a despejar la definición de candidatos. En esa línea, el objetivo de los contactos ha sido destrabar nudos en algunos distritos y circunscripciones y, en especial, intentar evitar disputas innecesarias entre los partidos del bloque.

Este diagnóstico había sido expresado ya por el Presidente Sebastián Piñera a los partidos en un encuentro sostenido en su casa, a mediados de marzo.

Tanto en esa ocasión -en la que también participaron los abanderados presidenciales Laurence Golborne y Andrés Allamand- como en los últimos días, el Mandatario ha pedido a RN y a la UDI que los partidos no presenten candidatos que pudieran complicar las opciones del postulante de la otra colectividad con mayores posibilidades de elegirse, así como mantener en sus distritos a los diputados en caso de no existir un reemplazo que asegure la mantención del cupo.

La inquietud del Jefe de Estado cobró fuerza en los últimos días, por la falta de duplas potentes que aseguren la elección en circunscripciones que, según reconocen en el oficialismo, están en riesgo, como Antofagasta, Biobío, Coquimbo y Magallanes (ver recuadros).

Dicho escenario, dicen las mismas fuentes, pone en riesgo el objetivo que el propio Mandatario ha transmitido: lograr entre 60 y 61 diputados (actualmente, la Alianza cuenta con 56 diputados) y obtener un triunfo en cada una de las 10 circunscripciones que estarán en disputa en noviembre.

Ese piso mínimo -señalan en Palacio- permitiría una base parlamentaria para hacer frente a las eventuales reformas constitucionales que pudiera implementar la candidata PS-PPD, Michelle Bachelet, en caso de regresar a La Moneda.

La idea tomó fuerza luego de que la ex directora de ONU Mujeres anunciara esta semana su intención de avanzar en una reforma a la Constitución y garantizar el aborto terapéutico y en caso de violación, entre otras materias.

Bajo este escenario, en La Moneda y la Alianza dicen que se ha barajado la posibilidad de reactivar una candidatura senatorial del ministro Luciano Cruz-Coke (Cultura) por la IV Región, considerando que, legalmente, tiene el rango de jefe de servicio, por lo que no estaba obligado a renunciar un año antes, según el plazo que fija la ley para los ministros.

Sin embargo, en la directiva RN -desde donde tomarían contacto con el secretario de Estado- dicen que, de concretarse esa opción, de todas maneras se realizarían primarias internas con el diputado Mario Bertolino, situación que debería zanjarse hoy, en el consejo general.

Esa opción se contrapone a lo que el propio Cruz-Coke transmitió en su minuto al partido, cuando se buscaron -antes de noviembre- cartas en el gabinete para postular al Parlamento.