Sebastián Piñera giró levemente su cuerpo en dirección a Alejandro Guillier, apuntándolo con las dos manos mientras lanzaba una de las tantas críticas que formuló contra su contendor durante el foro de Anatel: "Está vendiendo humo".
Pasadas las 23.30, con más de una hora de debate ya en marcha, era al menos la décima vez en la que el candidato de Chile Vamos interpelaba directamente al abanderado de la Nueva Mayoría. Esa vez fue por lo que él calificó como un programa de gobierno "infinanciable" de Guillier y que, a su juicio, llevaría al país a una "crisis económica", pero el ex mandatario, además de ese episodio, aprovechó cada oportunidad y cuestionó a Guillier en casi todos las áreas que se abordaron en el encuentro, el último antes de la segunda vuelta del próximo domingo.
Tal como había definido durante la mañana junto a su equipo, Piñera llegó ayer al debate con un esquema claro: marcar, con fuerza, diferencias con Guillier, algo que no había ocurrido en el debate de la Archi realizado la semana pasada y, menos aún, en los foros previos a la primera vuelta. Y Piñera cumpliría su diseño hasta el final.
"Un gobierno de Guillier va a perjudicar a todos los chilenos", dijo, luego de comentar con la siguiente frase la advertencia del presidente de la Bolsa sobre una caída en caso que gane el candidato de la Nueva Mayoría: "No estoy de acuerdo con decir eso en una campaña, a pesar de que es posible que así ocurra".
Desde el inicio del foro Piñera lideraró la ofensiva, al acusar a Guillier de usar "expresiones descalificatorias y violentas", mientras el abanderado oficialista evitaba polemizar con fuerza y se limitaba a cuestionar al ex mandatario, aunque sin mencionarlo directamente, por su histórica postura sobre la gratuidad.
Ya en el segundo bloque temático, sobre delincuencia, Guillier comenzaría a enfrentar a Piñera, quien, de todas maneras, seguía con su ofensiva para contrastar posturas y cuestionar a su contendor. En un momento, el ex mandatario insistió en comparar las cifras sobre victimización de su gobierno con el de Michelle Bachelet, mientras que Guillier retrucó señalando que hubo más delitos en la administración del ex presidente y que él ya había prometido que "pararía" la delincuencia y la "puerta giratoria".
Esa fue la primera vez en la que el candidato de la Nueva Mayoría contraatacaba, pero Piñera seguía con su estrategia y apuntaba a "contradicciones" y "ambigüedades" de Guillier. Más tarde, el senador utilizaría la agenda valórica -tema siempre sensible para Chile Vamos- para tomar la iniciativa y cuestionar al ex mandatario. Dijo que no existen las "opciones sexuales", sino que se trata de una "condición" que "no se elige". Esto, en referencia a las personas transgénero y al recordar cuando el ex mandatario dijo que en algunos casos la disforia de sexo se "corrige". Así, Guillier señaló que eso "no se pasa".
Contradicciones con sus equipos programáticos
"Créame a mí no más". La frase la dijo Guillier, cuando se le consultó si su propuesta sobre la deuda del CAE implica una condonación para el 40% más pobre -como dijo en el debate de la Archi- o sólo una suspensión del pago mientras esas personas se encuentren en ese rango de ingreso económico, como explicó ese día su jefe programático, Osvaldo Rosales.
Guillier, para explicar su punto, se tomó cerca de dos minutos en profundizar en la necesidad de mejorar la situación de los deudores, momento en el que Piñera intervino para acusar al senador de caer en una "ambigüedad". El ex mandatario dijo que en el programa de Guillier sólo aparece una suspensión del pago, no una condonación de la deuda e, incluso, le preguntó directamente a su contendor. "¿Es una condonación para siempre o no, Alejandro?", le dijo, subiendo el tono de su voz. "Para siempre", respondió Guillier, con voz baja, mirando hacia abajo y sin decir nada más.
Minutos después a Piñera se le consultó por una columna de opinión de su encargada de educación, Silvia Eyzaguirre, en la decía que "la maldita tómbola es, en los hechos, la mejor aliada de los padres". Ante eso, el ex mandatario respondió que "ella envió una carta a la segunda aclarando sus dichos", y agregó que "Yo voy a ser el presidente".
Ese momento fue aprovechado por Guillier para reafirmar su postura sobre el CAE -que contradice lo señalado por su propio jefe programático-, marcando distancia de su equipo. Mirando a Piñera, dijo que "parece que los programas y los equipos programáticos también hay algunas diferencias en la otra candidatura, lo que me parece no grave, sino que simplemente obvio". Y agregó: "El que manda es el Presidente de la República".
Ese momento fue una sorpresa para varios en el oficialismo. Desde el entorno de Guillier, de hecho, dicen que estaba previsto que el candidato aclarara el tema del CAE y no generara más confusión, pero en el punto de prensa tras el foro Guillier confirmó que hubo un giro respecto al CAE y habló no sólo de un 40%, sino que entre un 35% y 40%, lo que implicaría bajar la cobertura.
La misma sorpresa hubo en la oposición con un comentario de Piñera sobre el que, sin embargo, no entregó más detalles. En un momento, el ex mandatario dijo que perfeccionaría el Acuerdo de Unión Civil (AUC).
Consultado por La Tercera si es que eso implicaría incluir adopción, Sebastián Piñera Morel -hijo del ex mandatario- dijo que "entiendo que sí incluye". Más tarde, en todo caso, el jefe programático del ex jefe de Estado, Gonzalo Blumel, descartó esa opción.
Además, Piñera dio por primera vez un plazo para llegar al 90% de gratuidad técnico-profesional, mencionando ocho años para esa meta, y apuntó a una AFP estatal como un "factor" que podría "incidir" en darle más competencia al sistema previsional.
Contragolpe de Guillier
En la fase final del debate, Piñera dijo que Guillier "no tiene ni la experiencia ni los equipos ni el programa para sacar al país del estancamiento y frustración", en la que fue una de sus últimas ofensivas contra su contendor.
Pero ese momento fue aprovechado por Guillier para contraatacar con fuerza y apuntar al ex mandatario como una persona "hábil en los negocios" y que "juega un poquito al límite". El senador profundizó, señalando que Piñera "en el campo de los negocios puede que sea exitoso, pero la experiencia que tuvo como presidente no fue buena para el país", junto con señalar que "las malas experiencias no hay para qué repetirlas".