Fue el jueves de la semana pasada que el jefe político de la campaña de Sebastián Piñera, Andrés Chadwick, conversó con el entonces director de comunicaciones del comando, Gonzalo Cordero, acerca de su rol en la candidatura del ex mandatario.
Según relatan quienes conocieron lo conversado en la reunión, Chadwick le transmitió al analista político la inquietud que generaban ciertas publicaciones en medios respecto de su figura y la función que jugaba en la campaña. Fue en esa misma semana, que a Cordero se le dejó claro que su cargo ya no era el de director de comunicaciones, sino que era uno más del equipo.
Lo anterior, luego de una serie de acontecimientos que en el comando de Piñera calificaron como "desafortunados" y que, a juicio del círculo cercano al ex mandatario, escapaban de las atribuciones para las que el ex presidente había convocado al abogado y militante UDI.
Uno de los primeros hechos, señalan en el comando, fue cuando el 26 de septiembre pasado un testimonio vinculó la campaña presidencial de Piñera de 2009 con Soquimich, empresa investigada por financiamiento irregular de la política. Ese día, se filtró una minuta de cuatro puntos realizada por Cordero con lineamientos políticos y comunicacionales para enfrentar la controversia. Uno de ellos señalaba que "el monto de cuatro millones y fracción desde luego sugiere que son hechos en que naturalmente el presidente no participa". La difusión del texto generó la molestia de Piñera, según revelan miembros del comando.
Una semana después, también hubo cuestionamientos por las opiniones que emitió Cordero en el comando, cuando un grupo de diputados quiso impulsar una acusación constitucional en contra del ministro Mario Fernández por el conficto en La Araucanía. En aquella ocasión, el abogado hizo un análisis de los pros y contras de la ofensiva de los parlamentarios. Ahí, según fuente del comando, se le transmitió a Cordero que esas eran atribuciones que competían solo a los parlamentarios.
Irrupción de Cordero
El 26 de julio pasado, Gonzalo Cordero daba a conocer públicamente en La Tercera que vendía el total de su participación en la agencia de comunicaciones Azerta-donde sus socios eran Cristina Bitar y Felipe Edwards- y anunciaba que haría su arribo como director de comunicaciones en el comando de Piñera.
"Hoy he decidido dar un paso que implica cerrar una etapa profesional que ha sido muy gratificante y volver a lo público, que es una vocación fundamental para mí", dijo en la oportunidad.
Tras ese anuncio, Cordero comenzó sus funciones en el comando de Piñera en agosto pasado, donde su figura no pasó inadvertida y, según algunos miembros del comando, "se comenzó a notar su mano". Con su arribo, llegó una mayor estructuración y análisis político. Asimismo, la ex ministra de la Segegob, Cecilia Pérez, quien estaba a cargo de todas las comunicaciones, comenzó a enfocarse en las vocerías y en el denominado grupo Delta, integrado por parlamentarios de Chile Vamos.
En el comando de Piñera, sin embargo, también hay quienes señalan que con la llegada de Cordero surgieron tensiones que no se habían visto anteriormente, configurando lo que a estas alturas es la primera crisis de la campaña del ex mandatario.
Dichas fuentes subrayan que el equipo de Piñera siempre ha funcionado de manera muy cohesionada. De hecho, recuerdan que cuando Piñera dejó La Moneda en 2014, de inmediado comenzó a trabajar un grupo de personas con él, a través de la Fundación Avanza Chile, sin saber que iría a la reelección. En ese núcleo de confianza -que algunos denominan "el círculo de afecto"- se encuentran Chadwick, Pérez, Gonzalo Blumel, Juan Francisco Galli, Isabel Plá, Magdalena Díaz y Juan José Bruna, entre otros, a los que se han ido integrando personas al equipo durante el transcurso de la campaña.
Entre los que se han ido sumando a ese círculo de confianza se encuentran el ex subsecretario de Obras Públicas Lucas Palacios, el senador Alberto Espina y el diputado Nicolás Monckeberg.
De todos los fichajes que se han ido sumando, en el comando aseguran que no había sido hasta la llegada de Cordero que comenzaron a "surgir ruidos" en la relación interna.
Uno de los hechos que generaron un punto de inflexión, señalan en el equipo de campaña, fue cuando El Mostrador publicó el jueves pasado un artículo sobre Cecilia Pérez, que daba cuenta de su pérdida de influencia y poder tras la llegada Cordero.
Tras el artículo, Cordero envió una carta al medio digital. "Nuestra campaña la lleva adelante un equipo en que no existen disputas de poder. En el área que a mí me corresponde colaborar, Cecilia ejerce un liderazgo natural, atendida su experiencia y talento político", señalaba la misiva.
Tanto ese artículo como el escrito el día anterior en El Dínamo titulado "La receta de Gonzalo Cordero, el cerebro comunicacional de la campaña de Piñera", encendieron las alarmas en el comando, ya que mostraba al abogado con un perfil muy alto, distinto al rol para el que había sido convocado. Según fuentes del comando, estos episodios habrían provocado la molestia del propio ex mandatario.
"Aquí no hay gurús comunicacionales", señalan hoy en el comando, donde incluso aseguran que Cordero nunca cumplió el rol de jefe de comunicaciones, pese a que su incorporación fue anunciada así, y a que él mismo se presentó como tal en entrevistas con medios escritos y digitales. En esta línea, desde el entorno aseguran que lo que hoy ocurre no es sino un "ajuste interno" propio de una campaña presidencial.
Sí destacan en el comando que Cordero -quien declinó conversar con La Tercera- cumple un rol relevante en el comité estratégico del comando, formado por Chadwick, Pérez, Nicolás Monckeberg, Andrés Allamand, Isabel Plá y Alberto Espina, entre otros.
Desde el equipo de campaña aseguran que el abogado seguirá integrando este grupo, colaborando con las estrategias y las bajadas comunicacionales.