Fue en una de las dos habitaciones que arrendó el comando en el segundo piso del hotel Crowne Plaza donde Sebastián Piñera vio ayer el primer cómputo oficial, junto a colaboradores de confianza como Rodrigo Hinzpeter, Hernán Larraín Matte e Ignacio Rivadeneira. Mientras en el salón del primer nivel los cerca de 400 asistentes celebraban, las cabezas del comando concluían que, si se mantenía la tendencia, La Moneda quedaba al alcance de la mano.

Tras el último registro oficial de anoche (44,03% para Piñera, más de 14 puntos sobre Frei y por sobre el 42-43 que esperaban), en el piñerismo no sólo comenzó a oírse el concepto de "irremontable" (tienen un millón de votos más), sino que se decidió potenciar el proceso de "instalación en el poder", en que la Alianza define los equipos y medidas de un gobierno.

"Chile ha obtenido un gran triunfo... el triunfo del cambio, el futuro y la esperanza", dijo anoche Piñera, en un discurso que sintetizó las claves de la manera en que enfrentará la segunda vuelta. Primero, porque remarcó el concepto de cambio, que cruzará su campaña del balotaje; segundo, porque lo hizo rodeado de rostros jóvenes (entre ellos el joven gay que participó en su franja), que será la tónica en estos 34 días; tercero, porque hizo gestos claros a los votantes de Marco Enríquez, su target principal, y cuarto, porque asumió un tono conciliador, que contrasta con la polarización que buscará Frei.

POR LOS "VIUDOS" DE MEO
En un Crowne Plaza donde el único tema tenso fue la derrota de Lavín, Piñera hizo guiños a los votantes de Enríquez. Tras decir que le reconoce al diputado su "vitalidad, coraje y espíritu optimista", dijo que "compartimos con Marco y todos quienes lo apoyaron, su diagnóstico de una Concertación agotada".

Además del tercio de votantes de MEO que, según las encuestas, apoyarían automáticamente a Piñera, el abanderado opositor irá con fuerza en esta segunda vuelta en busca de los "viudos" indecisos del diputado.

El tema viene siendo planificado hace tiempo en el comando. De hecho, los resultados del último de los numerosos focus groups que encargó el piñerismo (usados para la mayor parte de las decisiones de campaña) llegaron a mediados de la semana pasada. El estudio indagó específicamente los indecisos de Enríquez.

Fuentes que conocieron el focus dicen que estos electores consideran que Enríquez y Piñera son más independientes de los partidos y que no tienen un discurso basado en la dicotomía izquierda-derecha (la ausencia de rostros representativos de los partidos anoche no fue casual).

Los temas que atraen a estos "viudos" de MEO son la modernización del Estado, salud, educación y recursos naturales. Así, tras el análisis de los resultados de las 35 mil mesas del país -proceso que se iniciará a partir de esta tarde- la idea es asegurar que en los mensajes haya gestos hacia este tipo de temática.

De estos estudios, también, han salido algunos conceptos o muletillas que hacen que el electorado se identifique con Enríquez, y que han intentado ser incorporados en el lenguaje usado por Piñera y sus colaboradores (como el criticar a las "vacas sagradas" de la política nacional).

Otras características del votante de MEO al que apuntará Piñera es que se trata de un segmento joven (18 a 35 años) y ubicado mayoritariamente en sectores urbanos. Y como, según los informes internos, éstos rechazan a algunos nombres de la Alianza como Longueira, Matthei y Novoa, y por el contrario valoran los rostros frescos y apolíticos, la idea es potenciar la idea del recambio generacional, dando más figuración a personeros como Ignacio Rivadeneira (jefe de contenidos), Hernán Larraín Matte (director de publicidad) y Luciano Cruz-Coke (asesor en cultura). También se sumarían la actriz Ignacia Allamand y el periodista Fernando Lasalvia.

POLARIZACION
En el piñerismo saben que la Concertación buscará polarizar la segunda vuelta, pero el comando opositor apuesta a que el ex senador no caiga en el juego y se dedique a marcar la diferencia en cuanto a la presentación de propuestas concretas, con un discurso inclusivo y optimista, y la "promesa" de que gobernará con técnicos preparados.

Anoche Piñera dio una señal en esa línea. "Aprovecho de convocar, una vez más, al senador Frei y a la Concertación a que durante los próximos 35 días hagamos una campaña limpia y alegre, con propuestas e ideas", dijo, a la vez que agradeció a todos sus rivales "por participar lealmente en nuestra democracia".

En Apoquindo 2921 analizaron los ejes posibles a desarrollar en esta etapa (Bachelet-Piñera; gobierno-oposición; Concertación-Alianza y Frei-Piñera). "Considerando el blindaje de la Presidenta y la mala evaluación de la Alianza, sólo podemos ganar en el eje Frei-Piñera", dice un hombre cercano al abanderado.

La fórmula, explican, será centrar el debate en el concepto del cambio -que Piñera recupera con la salida de Enríquez de escena- y en particular las capacidades (según la CEP es el mejor evaluado ante los problemas).

La estrella multicolor seguirá siendo la protagonista, lo mismo que los colores y diseño actuales. Lo que sí cambiarán serán los eslogans, que irán en función del cambio y la "nueva forma de gobernar".

El piñerismo partirá esta misma tarde con reuniones y el candidato partirá de gira a partir de mañana.