España llegó a esta Eurocopa con el aval de dos títulos consecutivos, pero con las dudas de una generación dorada que comenzó a despedirse en el último Mundial. Así enfrentó el debut, en el que tras mucho trabajar logró vencer a la República Checa con un gol a tres minutos del final.
Ver a Iker Casillas en la banca fue una señal de que los tiempos son distintos. Aunque en el arco español David de Gea se dedicó más a mirar, ya que España, tras superar cinco minutos de la presión rival, controló el partido y convirtió a Petr Cech en figura.
Recién a los 58' intervinó De Gea ante un acción de Hubnik.
Y la dinámica del duelo siguió con España dominando y atacando, y con la República Checa inquietando con el juego aéreo.
Pero no sólo Cech o la defensa evitaban el gol español. En varias jugadas, los dirigidos por Vicente del Bosque parecía que querían cruzar la línea de gol tocando la pelota, desperdiciando opciones de remate.
Así con el final cerca, apareció uno de los sobrevivientes de los buenos tiempos españoles. Gerard Piqué, a los 87', le dio el triunfo a España, que festeja los tres puntos (en los descuentos De Gea evitó el empate), pero mantiene las dudas respecto de hasta donde podrá llegar en esta Eurocopa.