Si alguien quisiera conseguir un diagnóstico rápido de la escalada del reggaeton en los últimos años, el Festival de Viña del Mar sería la muestra más rigurosa. Desde 2006 -temporada en que comenzó su dominio-, el género se convirtió en el ritmo más habitual de la Quinta Vergara. Toda su realeza -jefes, reyes, príncipes- pasaron por esa tarima.
Bajo ese mismo ejercicio, el certamen ha sido el espejo del reggaeton en la industria: saltó de fenómeno de masas a un invitado de resonancia regular. Un claro espiral descendente. 2006 y 2007 recibieron a Daddy Yankee y Don Omar, respectivamente, mientras que en las siguientes ediciones pasaron Wisin & Yandel, RKM & Ken-Y y Tito, El Bambino.
Para este año, el elegido es el cubano estadounidense Pitbull, que cerrará la jornada de esta noche. Aunque su currículum es generoso y registra colaboraciones con Usher, Shakira, Akon y Jennifer Lopez (es uno de los más cotizados del mercado latino), sus antecedentes en Chile son desalentadores en convocatoria: en 2010, el artista debió cancelar una gira por el país y por Argentina debido a la escasa venta de entradas. En el caso local, donde daba un concierto el 10 de julio en el Teatro Caupolicán, despachó menos de 100 entradas.
Dos meses después, en septiembre, Don Omar canceló un recital en Movistar Arena una hora antes de su presentación, molesto ante las poco más de mil personas que habían comprado boletos.
En las emisoras, el apogeo del ritmo también se ha esfumado. Según un estudio de la Sociedad del Derecho de Autor (SCD), entre las 10 canciones más tocadas del primer semestre de 2010 no aparece ninguna perteneciente al reggaeton y la lista tiene una inclinación pop y romántica (con DJ Méndez, Reik o Chayanne en los top 5).
Pese a los números exiguos, los organizadores apostaron por el cantante y fue el único invitado que no se negoció a través de una productora externa, sino que directamente por Chilevisión. Como equilibrio, la noche de hoy ha despachado un buen número de tickets gracias a la presencia de Chayanne. Además, la organización confía en un efecto contraproducente: Pitbull maneja varios éxitos -como I know you want me (calle ocho)-, pero que no son totalmente asociados a su figura. De algún modo, el pasado suceso de los reggaetoneros ya vivió su reemplazo con el protagonismo conseguido por la bachata a través de Aventura.