Cientos de escolares esperaban afuera del estadio Zorros del Desierto la llegada del bus de la selección chilena. Se trataba en su gran mayoría de niños que no superaban los 10 años. Eran las 11.30 de la mañana, pero el sol del desierto lucía implacable. Con sus rostros cubiertos de bloqueador, los pequeños estaban expectantes.
La jornada de estudio había finalizado con anticipación, ya que buena parte de los colegios de Calama estaban invitados a presenciar dentro del recinto los minutos finales de la última práctica de la Roja, antes de enfrentar hoy a Bolivia, en La Paz. Y se fueron felices, exhibiendo, como tesoros las camisetas firmadas por sus ídolos.
El entrenamiento no sólo sirvió para hacer pasar un momento inolvidable a esos jóvenes hinchas, sino que también para confirmar lo que el técnico Juan Antonio Pizzi había ensayado durante la tarde del domingo en la Segunda Región. Macanudo ratificó ayer a Paulo Díaz, Pedro Pablo Hernández y Francisco Silva como titulares, al igual que la suplencia de Nicolás Castillo, quien había sido el eje del ataque ante Paraguay, el jueves.
Macanudo tiene clara su estrategia. No quiere regalarse ante el elenco altiplánico. Sabe que los pupilos de Mauricio Soria saldrán a matar. No tienen la presión de obtener puntos porque ya están eliminados, lo que los hace aún más peligrosos. Intentarán marcar un gol de entrada y desesperar a Chile. El entrenador buscará evitar eso cerrándose con dos líneas de cuatro. De alguna u otra forma, saldrá a esperar a Bolivia, pues teme, entre otras cosas, que anoten y que ese gol sea irreversible, tal como ocurrió el jueves en el estadio Monumental.
Con un mediocampo poblado apuesta por el control del balón, en vez del ida y vuelta vertiginoso que caracteriza a este grupo cuando se planta con tres delanteros. Dentro de la urgencia de conseguir un triunfo, prefiere la cautela como camino para llegar a él. En ese sentido, la labor del Tucu y del Gato serán fundamentales, tanto en la marca como en la entrega rápida y equilibrada hacia el bloque ofensivo.
"Los buenos equipos se adaptan a distintas formas tácticas de ejecutar su trabajo. Con este esquema hicimos uno de nuestros mejores partidos en la Copa Confederaciones. Ya tenemos nuestro plan para intentar vencer a Bolivia (…) Es un partido complicado, que nos cuesta mucho, nos costó en Santiago, en Estados Unidos y nos va a costar mañana (hoy)", advirtió.
Desde el búnker del equipo nacional, en esta ocasión el Hotel Park, señalan que el seleccionador está inquieto, preocupado por el bajo rendimiento exhibido ante la Albirroja. Ha comenzado a sentir la presión de tener que jugarse la clasificación en estos últimos tres partidos de las Eliminatorias, que incluyen, ni más ni menos, que una visita al poderoso Brasil de Tite, en la última fecha. El escenario tiene complicado al DT, que finaliza contrato al término de este proceso clasificatoria. Si consigue el cupo a Rusia, ese vínculo se renueva automáticamente.
"Mi cabeza en lo único que piensa es en Bolivia, en tratar de ganar el partido, todas las cosas que vienen después son hoy por hoy especulaciones. Nunca se sabe la finalización y creo que el pensar más allá del partido de mañana me quita energía y concentración para el partido de mañana por eso trato de centrarme exclusivamente en el juego de mañana", señaló al respecto el hispano-argentino.