Un portazo en la cara recibió ayer el cuerpo técnico de la selección nacional. Desde las oficinas de la FIFA, en Zurich, notificaron a la ANFP que la Roja no podrá jugar el partido del 5 de octubre contra Ecuador en el Estadio Nacional.
La intención de Juan Antonio Pizzi y su staff de sacar este trascendental compromiso del estadio Monumental no tuvo respuesta positiva. Sin embargo, los intentos del ex adiestrador de Universidad Católica no cesaron y, tras madurar una solución al difícil momento que vive su escuadra en las Eliminatorias sudamericanas, pidió a la directiva de Quilín llevar el compromiso ante los ecuatorianos al estadio Ester Roa Rebolledo de Concepción. La justificación, según admiten desde la ANFP, "es el poco ambiente futbolístico que ofrece el Monumental".
La idea de llevar a la Roja fuera de Santiago comenzó a discutirse en el avión que trasladó al plantel desde La Paz, una vez consumada la derrota con Bolivia.
Desde Quilín asumen que la petición de Pizzi y compañía "es imposible de realizar. No sólo por un tema reglamentario, sino también por la cantidad de abonados que ya tienen su asiento asegurado en el Monumental, lo que traería compesaciones económicas que hoy la ANFP no está en condiciones de asumir".
Macanudo busca fórmulas para darle un vuelco al complicado escenario de Chile, como manotazos de ahogado en un momento crítico. Hoy la Roja está fuera del Mundial de Rusia 2018 y su cuerpo técnico intenta por todos lados redireccionar a un cuadro que parece haber perdido el rumbo.
Las reuniones en el búnker de la Roja no paran. Pizzi y sus colaboradores se han reunido a diario buscando fórmulas para enfrentar los últimos dos partidos de las Eliminatorias. Ayer, luego de analizar el complicado panorama, que de paso suma como un enemigo más el poco tiempo para trabajar antes de Ecuador, desde la oficina del entrenador surgió una nueva solicitud hacia Quilín: adelantar el partido que deben jugar el próximo domingo 1 de octubre (12.00) Universidad Católica y Colo Colo, en San Carlos de Apoquindo. La propuesta fue que se dispute el sábado 30 de septiembre.
En las oficinas de Quilín recibieron la solicitud. Sin embargo, desde la propia entidad rectora del fútbol criollo respondieron que "es prácticamente imposible que se pueda adelantar ese partido. Ese sábado juega en Santiago la Unión Española contra la Universidad de Chile y dudamos que la Intendencia lo autorice, por el cruce de hinchas que eso pueda provocar".
Pese a que el cambio asoma como imposible de realizarse, desde la directiva encabezada por Arturo Salah apuntaron que "se realizarán las gestiones".
No es primera vez que Pizzi se pronuncia frente a la programación de un clásico. De hecho, lo hizo días antes del duelo que Colo Colo y Universidad de Chile jugaron en el Estadio Monumental el 27 de agosto. "Lógicamente, hubiese preferido que ese partido se jugase con anterioridad. Tengo entendido que se hicieron los intentos para que así fuera, pero no fue posible", señaló Macanudo.
Las distintas gestiones que intenta el cuerpo técnico de Pizzi asoman como pequeñas soluciones para enmendar el rumbo que la Roja perdió en los últimos duelos eliminatorios contra Paraguay y Bolivia. La otra carta que se jugará el entrenador es pedirle a los referentes de la selección que militan en Europa, un último esfuerzo para intentar abrochar la clasificación a Rusia 2018. Para eso, el DT planifica una gira a Europa.