El miércoles, a las 5 de la tarde, parte importante del equipo económico de la candidatura de Sebastián Piñera llegó hasta las oficinas de Econsult. Juan Andrés Fontaine, Susana Jiménez, José Ramón Valente y Rodrigo Vergara se reunían así por primera vez después de los sorpresivos resultados de la primera vuelta electoral y con un panorama bastante distinto al que se habían imaginado. A la cita no concurrieron Felipe Larraín, ex ministro de Hacienda; Soledad Arellano ni Pablo Correa, ya que se encontraban fuera de Santiago.

Las conclusiones tras el cónclave fueron claras. La campaña había estado marcada por el mensaje del crecimiento, pero no se había logrado visibilizar con temas concretos el impacto que eso provocaría en la ciudadanía. Por eso, el primer acuerdo fue trabajar en la elaboración de una especie de minuta para detectar cuáles eran los temas que fueron poco difundidos, para incorporarlos en las salidas a terreno, que es donde precisamente se concentra la campaña tras el 19 de noviembre.

Otro de los puntos que se tocaron es que era fundamental poner énfasis en las medidas inmediatas para reactivar fuertemente la inversión y difundir los incentivos para que ello ocurra, los que hasta ahora también han sido poco difundidos.

Con ese ánimo, los miembros del equipo económico acordaron reunirse en pleno la próxima semana, para comenzar a trabajar.

El factor Ossandón

Veinticuatro horas después de la reunión en Econsult, Sebastián Piñera y el coordinador programático de la campaña, Gonzalo Blumel, recibían en el comando a Manuel José Ossandón. El ex candidato presidencial entregó su apoyo, pero a cambio pidió mantener y avanzar en la gratuidad de la educación universitaria (que hoy beneficia al 50% de los estudiantes de menores ingresos y llegará a 60% en este gobierno), así como cambiar la Ley de Pesca.

El tema caló hondo en el equipo económico, ya que se trataba de una materia nueva, de una petición que debe ser incorporada a un programa que no lo contemplaba como concepto ni como costo financiero ni reputacional.

Hasta el viernes, Piñera no había dado ninguna instrucción respecto del tema, sin embargo, la noción con la que se está trabajando al interior del comando y el equipo económico es que para cumplir con el compromiso se requerirá de un juego de piernas poderoso.

Incorporar el concepto de gratuidad implica elevar el costo del programa. En este sentido, los cálculos apuntan a que comprometer un 70% u 80% de gratuidad en la educación técnico-profesional implica un costo adicional de US$ 150 millones anuales (los que hoy no están en el programa), que se suman a lo que ya contempla el programa por concepto de becas y créditos blandos.

La letra chica de este compromiso es que se haría bajo los mismos criterios de gratuidad universal confeccionados y aprobados en este gobierno: que aumenta gradualmente dependiendo del crecimiento y la situación fiscal del país. Por lo cual no necesariamente se podría cumplir con esto en un eventual nuevo gobierno de Piñera.

Esta figura, por otro lado, también implicaría un guiño hacia los seguidores de Carolina Goic, dado que la fórmula sería semejante a la planteada en su programa, elaborado por el equipo de economistas liderado por José de Gregorio, Alejandro Foxley y José Pablo Arellano, y que Sebastián Edwards calificó como "dream team".

Tras un "gestito"

Otro de los temas es conseguir que economistas de otros sectores se integren al comando de Piñera, para sumar los votos de Goic, Ciudadanos y algunos viudos de Lagos que no se sienten representados por Alejandro Guillier.

Foxley, De Gregorio y Arellano no estarían disponibles para apoyar a Piñera. Sin embargo, otros como Patricio Arrau ha señalado que si bien no se sumará al equipo de Piñera, cree que es el único que representa una visión de segunda transición que lleve al desarrollo.

Este es el tipo de gestos o "gestitos" que esperan recibir de René Cortázar o Andrés Velasco, en el sentido de hacer público que no apoyarán a Guillier.

En tanto, en el sector existe alguna expectativa de que en los próximos días el ex ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, pudiera hacer un gesto a favor de Piñera, tras su renuncia a la DC.