La actual saga de El planeta de los simios tiene varios factores que la podrían hacer apuntarse como una de las culpables de la crisis de ideas en el Hollywood moderno: una franquicia multimillonaria que recicla ideas de una historia que parecía dejada en el pasado -luego de la serie de películas originales entre 1968 y 1973- y que ya había intentado ser revivida sin éxito -en 2001 por Tim Burton-.
Sin embargo, la franquicia parece vivir una realidad aparte de muchas de sus pares en la pantalla grande. No sólo ha logrado balancear la aprobación crítica con una abultada taquilla, sino que además presenta un caso extraño en cualquier trilogía cinematográfica: que cada entrega sea superior a la anterior.
Si la primera parte de este reboot, El planeta de los simios: (R)Evolución (2011) fue elogiada como una sorpresa agradable, sobre todo después de las bajas expectativas tras el fallido remake de Burton, han sido su segunda y tercera parte, El planeta de los simios: Confrontación (2014) y El planeta de los simios: La guerra, que se estrena el próximo jueves en Chile, las que han consolidado a la saga como blockbusters que no dejan de lado la profundidad.
Dos nombres han sido claves en el renacer de la historia que originalmente protagonizó Charlton Heston en la clásica película de 1968: Andy Serkis y Matt Reeves. El primero, protagonizando la trilogía como el chimpancé César. La interpretación de Serkis a través de la técnica digital motion capture -que captura los movimientos y expresiones de un actor para después crear el personaje de forma digital-, ha abierto el debate sobre si es necesario reinstaurar el Oscar a Logro Especial, dedicado a reconocer avances técnicos importantes en las películas, pero que no se entrega desde 1995. El actor y su equipo del estudio que fundó, The Imaginarium Studios, se han hecho cargo durante toda la trilogía en darle más veracidad a los simios digitales, que en la más reciente entrega resultan igual de reales que los personajes humanos.
Reeves (Cloverfield, Let me in), por su lado, director de la segunda y tercera película, ha transformado la historia en un cuidado estudio de personajes sin dejar de lado la faceta épica que requiere una superproducción. En El planeta de los simios: La guerra, el cineasta -que también escribe la cinta- privilegia lo íntimo por sobre lo bélico: 15 años después de los eventos de la primera cinta, y dos años después de la segunda, la raza humana y los simios inteligentes se encuentran en un sangriento conflicto armado. Cegado por la venganza tras una tragedia personal, César decide ir por su cuenta, acompañado sólo de su círculo más cercano, a asesinar a un despiadado coronel humano (Woody Harrelson). En el viaje, el grupo descubrirá que el virus que generó el actual escenario post-apocalíptico ha mutado generando nuevas consecuencias.
"Es extremadamente raro hacer una trilogía que funcione de principio a fin, pero Fox lo ha logrado con su reboot de El planeta de los simios", aseguró la revista Hollywood Reporter, mientras que el portal Vox afirmó: "La película confirma a esta trilogía como la mejor de la década".
Promocionada como "el final", el futuro de la franquicia no está sellado. Desde el año pasado se están analizando futuras entregas, aunque probablemente sin Reeves; el director tiene la cabeza puesta en The Batman, con Ben Affleck, película que pondrá nuevamente su capacidad de reinvención a prueba.