El avance en las tecnologías de energía solar térmica podría tener un inesperado efecto colateral. Porque el Ivanpah Solar Electric Generating System (ISEGS) ubicado en el desierto de Mojave en California, además de ser la planta de este tipo más grande del mundo, también se estaría convirtiendo en un gigantesco cementerio de pájaros.
Esto porque de acuerdo al U.S. Fish and Wildlife Service (USFWS), la estructura de 350 mil espejos incineraría en pleno vuelo a 28 mil aves al año, con una media de un ave cada dos minutos.
Según el informe, las aves y murciélagos tienden a perseguir a insectos atraídos por la luz del sol reflejando los rayos. Al perder su capacidad de volar, mueren por el impacto con el suelo y otros objetos. En caso que sobrevivan, su deterioro en la capacidad les impide alimentarse de manera correcta y evadir a los depredadores.
La planta posee tres torres con 40 pisos de calderas que entregan vapor a los generadores de electricidad de la turbina. Según las mediciones, la temperatura en las cercanías de las torres alcanza los 540º C, calor suficiente para literalmente, freír a un ave.
Incluso, los trabajadores tienen un nombre par las aves que se encienden en el aire: "serpentinas", efecto producido por el humo que procede de la incineración.
El caso no es nuevo, ya que en febrero pasado se conocieron informes de siete halcones muertos (muchos en peligro de extinción), además de una gran variedad de gorriones, en una zona con más de 100 tipos de aves.
Aún así, la administración del presidente Obama concedió un préstamo de 1,6 mil millones para la continuación del proyecto, que con un costo de 2,2 mil millones de dólares, entrega electricidad suficiente para 140 mil hogares y elimina las emisiones de dióxido de carbono de 72 mil automóviles al año.
Ivanpah Solar Electric Generating System no está solo en estas estadísticas. La American Bird Conservancy estima que las turbinas eólicas matan cerca de 500 mil aves cada año, incluyendo a más de 800 mil murciélagos.
Fuente: AP, Alternative Energy (PDF)