El entorno, marcado por verdes cumbres y edificios que asoman tras las tribunas, y su particular diseño arquitectónico, le dan al estadio Atanasio Girardot un aspecto muy particular. Emplazado en el complejo deportivo Antioquia, el reducto futbolístico aparece rodeado de piscinas para saltos ornamentales, canchas de tenis, gimnasios al aire libre y prados, todos muy bien cuidados y abiertos a las necesidades de una población amante de la actividad física.
Sin embargo, la cancha central del recinto escapa a esta dedicada atención. El mal estado del gramado ya fue motivo de críticas luego del partido eliminatorio ante Ecuador, y es una de las principales preocupaciones que existe en el cuerpo técnico de Marcelo Bielsa.
La intensa actividad que tiene cada fin de semana, producto de las actuaciones de los principales clubes de la ciudad, Atlético Nacional e Independiente, ha hecho que el césped del Atanasio Girardot no esté al nivel de un partido clase A, de acuerdo con los estándares FIFA.
El administrador del estadio, Giovanni Caro, asegura que se hicieron todos los esfuerzos por tener la cancha a un nivel óptimo. Incluso, aduciendo a este cuidado es que la Federación Colombiana de Fútbol rechazó la opción de que el seleccionado chileno entrenara en el recinto ayer, por lo que lo hicieron en el estadio Ditaires, en el sector de Itagüí, a unos nueve kilómetros del centro de Medellín.
Sin embargo, esta semana, el combinado local practicó en el recinto todos los días durante dos horas, sumando más desgaste al ya lastimado gramado.
Precisamente, para no provocarle un mayor daño al campo de juego, Bielsa decidió no reconocer la cancha donde se jugará el partido.
Pasto corto e irregular
Cuando Chile ingrese mañana, a las 17 horas locales al estadio, encontrará una cancha con pasto bermuda, grueso, y que pese a no superar los cinco centímetros de largo, aseguran quienes conocen esta superficie, puede resultar agotador. Más aún si llueve el mismo día del partido.
El mayor problema, sin embargo, es que hay sectores donde el pasto es irregular, un factor que puede hacer que el balón no bote igual en todas partes.
Este factor es, justamente, una de las inquietudes de Bielsa, quien propone un juego rápido, sobre todo por las bandas, y que, en lo ideal, apuesta a un solo toque.