"Este equipo nunca baja los brazos. Teníamos que ganar otra vez en casa. Ahora vienen tres partidos más en Santiago y queremos quedarnos con los nueve puntos", advirtió Gonzalo Fierro, capitán de Colo Colo, luego del sufrido triunfo por 2-0 ante Unión Española, el domingo pasado.
Aquella es la consigna que se tomó el camarín albo. La derrota ante O'Higgins puso por primera vez al equipo que dirige Héctor Tapia lejos de los puestos de avanzada, situación que jamás vivieron en el torneo pasado, donde lideraron de principio a fin y se quedaron con el título. Sin embargo, el panorama ahora era distinto.
La caída ante el conjunto de Facundo Sava dolió muchísimo en Macul y vino a remecer, en otras palabras, a un camarín que hasta ese momento había visto sólo una cara de la moneda: la del éxito. Dicho tropiezo, sumado al sólido andar de Universidad de Chile, causó la primera gran alerta en la intimidad de Pedreros. El plantel albo, al verse a cinco puntos de distancia de su archirrival, se propuso revertir la desventaja a como diera lugar. Lo primero era volver a ganar de local ante el cuadro de José Luis Sierra, para seguir en la pelea. De aquello fue casi lo único de lo que se conversó en el camarín y en las charlas con el cuerpo técnico, durante la semana anterior.
"Nos vamos con la satisfacción de haber dejado atrás lo que pasó con O'Higgins. Estamos cerca otra vez de la pelea", admitió un desahogado Julio Barroso, en el Monumental.
Los albos, que ya sabían que la U sólo había empatado ante Deportes Iquique, no dejaron escapar la oportunidad y con el sufrido triunfo sobre los de Santa Laura se pusieron a tres puntos de los azules.
"Volvimos a depender de nosotros mismos, que era lo que nos tenía preocupados. La U aún está a tres puntos, pero los vamos a alcanzar tarde o temprano", aseguran, convencidos, desde el interior del vestuario albo.
Ya lo adelantó el miércoles el arquero Paulo Garcés, quien será titular este domingo ante Barnechea, en el estadio Nacional. "Este equipo tiene mucha experiencia. Veo al plantel concentrado y pensando sólo en salir campeón", avisó.
Las charlas son recurrentes bajo el mando de Tapia, las que se realizan dentro del camarín o en la cancha, previo a la práctica. En ellas se habla de los errores cometidos y de los aciertos.
"Conversamos sobre lo que pasó con O'Higgins. No esperábamos perder, menos por errores nuestros. El semestre anterior lo vivimos de otra forma. Hay que levantar cabeza y no perder más puntos", reflexionaba Fierro hace algunos días.
El susto ya pasó en Macul. Ahora, es el campeón el que quiere volver a meter miedo en el campeonato.