El domingo, Jeannette Aguilera, profesora de la Escuela Parroquial Domingo Savio, de San Ramón, ingresó a internet y escribió un mensaje recordatorio con los materiales que debían llevar sus alumnos de kínder al día siguiente. En su casa, los papás no tuvieron que abrir la libreta de comunicaciones. Recibieron la información vía mensaje de texto. "Me sorprendió, porque de los 27 niños, sólo dos llegaron sin las cosas que pedí. Antes no era así", señala la docente.
Esta profesora, al igual que más de cien profesores del país, repartidos en 18 establecimientos, está cambiando la manera de comunicarse con los apoderados, dejando atrás la clásica libreta de comunicaciones. ¿Cómo? Por medio de una plataforma, creada por un equipo de profesionales chilenos, que permite que, en menos de tres minutos, los profesores y directivos envíen un mensaje a los apoderados a través de internet, quienes lo reciben vía SMS.
El sitio, llamado Papinotas, permite que los apoderados no sólo reciban comunicaciones, sino también estén informados de las tareas, asistencia y notas de sus hijos. De hecho, si el niño no fue a clases, el apoderado también recibe un SMS alertándolo de la situación.
"Pensamos que el mensaje era la mejor opción y la tecnología más básica, porque en Chile hay más celulares que personas. Es decir, todos los papás tienen celulares, y como no se necesita internet ni tener un smartphone, la penetración que tienen los mensajes es enorme", señala Fernando Acuña, de Papinotas.
Por eso, como uno de los objetivos de la plataforma es que esa comunicación sea más fluida, el equipo creador de Papinotas midió su impacto en cuatro colegios de la capital. ¿Los resultados? La mayoría de los establecimientos notaron un incremento en la asistencia de los apoderados a las reuniones y de sus hijos a las clases.
El programa cuesta $ 700 por alumno, costo que, la mayoría de las veces, es asumido por el colegio mediante los recursos de la Subvención Escolar Preferencial (SEP), explica Acuña.
Colegio del futuro
No es la única plataforma que aprovecha la ventaja de los SMS.
En el Colegio Hernando de Magallanes, de Punta Arenas, sus cerca de 700 alumnos, en su mayoría vulnerables, portan tarjetas con chip que permiten registrar la asistencia de forma automática, sin que el docente tenga que pasar lista.
Cuando llegan al colegio, los alumnos deben acercar la tarjeta y poner la huella dactilar en un lector magnético que registrará su asistencia. Si pasadas las 9 de la mañana el alumno no ha llegado, el sistema envía automáticamente un SMS a los padres alertando de la ausencia.
El dispositivo permitirá también acceder a la colación de la Junaeb y a la biblioteca, entre otros.
No es lo único con lo que cuenta el Colegio Hernando de Magallanes, inaugurado ayer por el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Pedro Pablo Errázuriz, y el gerente general de Telefónica, Roberto Muñoz, entidad que aportó, a través de Movistar, conectividad y equipamiento.
El colegio también posee conexión a Wifi desde todas partes, aulas móviles y un laboratorio de computación con 40 equipos de última generación, además de pizarras interactivas, un diario mural interactivo y juegos en 2D y 3D que, mediante el reconocimiento facial, de voz y movimientos, facilita el aprendizaje de niños con discapacidades diferenciadas.