Steve Kerr no puede más. Náuseas, dolores o migrañas son parte de los síntomas que hoy lo tienen indefinidamente fuera del banquillo de coach. Ya la temporada pasada, tras cumplir el récord de las 73 victorias junto a los Golden State Warriors, tuvo que abandonar por malestares producidos por una cirugía en la espalda realizada hace dos años. Pero ahora, la molestia vuelve a recrudecer, con síntomas aún más terribles, justo cuando comienzan las semifinales de la NBA.
Desde que se sometió a la intervención quirúrgica que el entrenador de 51 años ha presentado problemas. Pero los que sufre ahora, dijo, son aún más fuertes que los sufridos anteriormente. Tanto, que muchos creen que este será la razón que sacará a Kerr como adiestador de la franquicia de California.
Quien lo reemplace, tal como en la antes, será su asistente Mike Brown, quien ha dirigido en distintas etapas a los Warriors. "Creo que la forma en que lo vemos es que él no volverá", dijo Draymond Green en conferencia de prensa, refiriéndose a Kerr. "Al final del día, su salud es más importante que cualquier cosa. Sabemos lo que él quería estar aquí y lo que nos encantaría que estuviera aquí", aseguró el alero.
Kerr es observado en por el equipo médico de la Universidad de Stanford, donde lo están sometiendo a diversas pruebas. En el camarín de los Warriors asumen que el entrenador no volverá. Hoy, frente a los Utah Jazz por las semifinales de los Playoffs, Brown será quien dirija a Curry y compañía.