"Tenemos el siguiente chiste: no sabemos quién va a ganar la elección, pero sí sabemos que el PMDB va a estar en el gobierno". En declaraciones a la cadena BBC, así grafica Marco Antonio Teixeira, cientista político de la prestigiosa Fundación Getulio Vargas, la importancia del Partido del Movimiento Democrático Brasileño. Sin candidato presidencial desde 1994, ni protagonismo en la campaña electoral, la colectividad política más grande y con mayores afiliados de Brasil es clave en la gobernabilidad del país, pese a los escándalos en que se ha visto envuelta en el último tiempo.
El PMDB nació en 1966, dos años después del golpe militar, bajo el nombre de Movimiento Democrático Brasileño (MDB), como oposición a la Alianza Renovadora Nacional (Arena), partido
conservador que surgió para dar soporte al gobierno militar recién establecido y tuvo un importante papel en la lucha partidaria contra la dictadura.
Con la vuelta a la democracia, postuló a Ulysses Guimarães en las primeras elecciones directas para presidente, en 1989. Guimarães obtuvo el séptimo lugar. En los comicios siguientes, en 1994, el partido presentó como candidato a Orestes Quércia, quien finalizó en cuarto lugar. Desde entonces, la colectividad decidió participar como aliada en los dos mandatos de Fernando Henrique Cardoso (PSDB), los dos de Lula (PT) y en la actual administración de la correligionaria de este último, Dilma Rousseff. Esta alianza le permite tener a Michel Temer en la vicepresidencia y comandar cinco ministerios.
Con 2,3 millones de afiliados, el PMDB es el mayor partido de Brasil. Además de contar con la mayor cantidad de senadores desde hace dos décadas (19 en un total de 81), también posee la segunda bancada de diputados (con 72 legisladores), apenas detrás del PT (88). Y si esto no fuera poco, el partido centrista podría lograr en estas elecciones al menos ocho gobernaciones, según las encuestas. Superaría así su desempeño de 2010, cuando el partido eligió a cinco gobernadores.
Es este poderío político el que le permite a Temer recordar que el PMDB es "el partido de la gobernabilidad". Algo que el propio compañero de fórmula de Marina Silva, Beto Albuquerque, admitió hace unos días: "Nadie gobierna sin el PMDB".