Es inevitable. Si naces en Polonia y decides dedicarte a la música clásica, no hay cómo escapar de la influencia del compositor polaco más importante: Fréderic Chopin. Para el pianista, de 27 años, Marek Bracha ha sido así. Estudió en la Universidad Frederic Chopin en Varsovia, ha participado en festivales que llevan el nombre del músico, en 2010 fue una de las figuras de la Gala de clausura de las celebraciones del año Chopin en China, al año siguiente dio un concierto en el Museo de Chopin a los reyes de Suecia y en 2013 lanzó un disco con música de Chopin.
No es extraño, entonces, que el repertorio que Bracha tocará hoy, a las 20 horas, en el Teatro del Lago, como parte de las Semanas Musicales, esté dedicado a Chopin. Claro que esta vez, el pianista quiere ir más allá: "Chopin es el músico más cercano a mí, pero no el único. En Frutillar quiero difundir el trabajo de otros músicos polacos, a los que también admiro", dice.
Hoy, Chopin será dueño de la primera parte del programa, mientras que la segunda será un homenaje a otros tres polacos: Karol Szymanowski, Andrzej Panufnik y Wladyslaw Szpilman. Este último, conocido por el filme El pianista de Polanski, donde Andrien Brody encarna al músico que sobrevivió al Holocausto. "Para Polonia, Szpilman fue crucial. Tras la guerra dirigió la radio Polaca y compuso una cantidad enorme de sinfonías y canciones", señala Bracha. "Aquí tocaré un Mazurca que Szpilman compuso durante la guerra, cuando tocaba en el gheto de Varsovia, donde estaba prohibida la música judía. Sigue el estilo de Chopin, que también estaba censurado".
Exitosa han resultado las 46 Semanas Musicales: más de cinco mil personas han asistido a los conciertos. Finaliza el 5 de febrero.