Austria vivió ayer una de las elecciones presidenciales más reñidas de su historia.
El candidato de ultra derecha Norbert Hofer, lideraba la competencia con un estrecho margen de sólo 144.006 votos a su favor frente a su contrincante, el independiente Alexander Van der Bellen, quien es apoyado por el partido ecologista.
A última hora de la tarde, el Ministerio del Interior de Austria, anunció el resultado provisional, indicando que el aspirante nacionalista obtenía un 51,9% de los votos frente al 48,1% de su contrincante: una situación inédita para el país europeo.
Con una estimación de un margen de error del 0,7% todo indica que el recuento de votos por correo, que corresponde al 14% del electorado, decidirá hoy quién será el nuevo Presidente austríaco. El porcentaje corresponde a 900.000 votos.
En la primera vuelta electoral, el pasado 24 de abril, Hofer, del partido antiinmigración y euroescéptico Partido por la Libertad (FPÖ), logró un resultado histórico para su partido al obtener un 35% de apoyo. En los mismos comicios, Van der Bellen quedó en un segundo lugar con una diferencia de 14 puntos.
Los comicios de ayer dieron prueba de algo que se venía hablando hace semanas en Austria: la polarización política y social del país europeo, que tenía que decidir entre dos candidatos totalmente opuestos.
Por otro lado, el auge de la ultraderecha, que ha dividido a la sociedad austriaca, está causando una profunda preocupación en Bruselas.
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha manifestado abiertamente su temor frente a una posible victoria de Hofer.
"A los austríacos no les gusta oír esto, pero no me importa: no hay debate o diálogo con la ultraderecha", declaró Juncker el viernes, al diario francés Le Monde.
Y en el caso de que Hofer no obtenga la victoria, el gran avance del nacionalista en las elecciones confirma las tendencias electorales que ya se han visto en otros países europeos, como Hungría y Polonia.
Hofer, conquistó a sus seguidores con el mensaje "los austríacos primero", y con promesas que incluían proteger a los ciudadanos de la amenaza de los inmigrantes, el Islam y las imposiciones de la Unión Europea.
Van der Bellen, por otro lado, un intelectual de izquierda de 72 años, obtuvo el apoyo de los votantes, gracias a un mensaje opuesto al de su rival: un mensaje europeísta, apertura frente a los refugiados y una imagen moderada y tolerante.
Mientras Hofer obtiene el apoyo rural, masculino y de las clases trabajadoras, Van der Bellen gana en las grandes ciudades, y también entre las mujeres.
La crisis migratoria que se vive en todo Europa, ha causado que Austria atraviese por un período de fuertes tensiones. En 2015, unas 90.000 personas demandaron asilo en Austria, es decir algo más del 1% de la población.
Estas también se vieron reflejadas en la alta participación en las urnas de la ciudadanía austríaca. Un 70% de personas acudieron a sufragar, es decir 6,4 millones de personas,
"Ninguno de nosotros deseaba esto. Los dos querríamos haber dormido bien esta noche", aseguró a la prensa el candidato nacionalista, expresando el impacto que causaron en el país, las reñidas elecciones.
Es la primera vez en la historia de Austria en que el Partido Socialdemócrata y el Popular, quienes son socios de la coalición de gobierno, quedan excluidos de la última fase. Ambos partidos, tras la derrota en la primera vuelta, apoyaron la candidatura de Van der Bellen, con el objetivo de intentar aislar a Hofer, quien de todas formas logró un sólido resultado en los comicios de este domingo.
Si Hofer logra hacerse con la presidencia, su victoria representaría un hito para el continente, ya que sería la primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, que un líder de extrema derecha, llega a la jefatura de Estado en Europa Occidental.