Un libro sobre sus experiencias de turismo sexual en el sudeste asiático puso bajo presión al ministro de Cultura de Francia, Frédéric Mitterrand, a quien sus opositores también acusan de haber mantenido relaciones sexuales con menores de edad.

El parlamentario socialista Arnaud Montebourg pidió al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, despedir a Mitterrand.

El Palacio del Elíseo, en cambio, respaldó al ministro y dijo que se trataba de una polémica indigna.

En tanto, el sindicato de la policía France Police pidió una investigación judicial.

El propio Mitterrand rechazó los pedidos de renuncia. "Sí, yo tuve relaciones con hombres", dijo el político de 62 años en la televisión francesa e indicó que esto nunca tuvo nada que ver con pedofilia. Asimismo declaró que sus compañeros eran de su edad y siempre estuvieron de acuerdo con la relación.

"Yo condeno la pedofilia", dijo Mitterrand, quien reconoció abiertamente su homosexualidad. No hay que confundirla con homosexualidad, indicó, y añadió que Sarkozy le dio su voto de confianza personal. "Nunca dañé a nadie", afirmó.

El punto de partida de las críticas a Mitterrand es el libro "La mauvaise vie" (La mala vida), en la que el sobrino del ex presidente François Mitterrand describió en 2005 en primera persona visitas a burdeles de homosexuales en Tailandia.

Mitterrand escribió: "Todos estos rituales del mercado de jóvenes bellos, del mercado de esclavos, me excitan terriblemente. La opulenta abundancia de varones disponibles de inmediato me coloca en un estado de deseo que no puedo frenar u ocultar".

"Dinero y sexo, estoy en el corazón de mi sistema. (...) La moral occidental, la culpa eterna, la vergüenza que llevo conmigo, se hacen añicos", añadió.

Ahora, el debate se centra en si Mitterrand tuvo sexo pago con jóvenes. Esto supone que el libro es autobiográfico.

"Es un libro terrible", dijo el parlamentario europeo de los Verdes Daniel Cohn-Bendit. "Pero es una terapia pública. Eso es valiente de parte de Mitterrand".

El alcalde de París, Bertrand Delanoë, habló de un "relato de la desesperación". El libro no disculpa el turismo sexual, sino que lo describe como un callejón sin salida. "Ésta es su historia y es conmovedora".

Con términos similares se manifestó el propio autor. Su obra no pretendía ser de ninguna manera una defensa del turismo sexual, afirmó.

Frédéric Mitterrand "actuó premeditadamente violando leyes nacionales e internacionales", declaró en cambio Montebourg. La ley debe regir para todos. "Además es imposible que un ministro, que representa a Francia, pueda alentar la violación de los esfuerzos internacionales para la lucha contra el turismo sexual. Por lo tanto, su separación del cargo es ineludible".

El portavoz del partido socialista Benoît Hamon declaró: "Mientras Francia emprende junto a Tailandia la lucha contra el mal del turismo sexual, tenemos un ministro que declara que él mismo es un cliente".

El asesor especial de Sarkozy Henri Guaino defendió a Mitterrand. "¿Fue llevado ante la justicia? No hay hechos", dijo Guaino. "El debate político adopta a veces caprichos patéticos. Todo eso está lleno de excesos y es muy indigno".

Guaino dijo no entender por qué, años después de la publicación del libro se deberían tomar "consecuencias tan radicales" como el despido. El ministro del Interior Brice Hortefeux advirtió que no se deben hacer "juicios apresurados". Mitterrand es "reconocido por todos" como un ministro de Cultura competente.

El Frente Nacional (FN), radical de derecha, abrió el debate alrededor de Mitterrand luego de que el ministro defendió al director Roman Polanski, quien fue detenido en Suiza a pedido de Estados Unidos por un delito de violación cometido hace 32 años.

Mitterrand declaró que la Justicia estadounidense le tendió a Polanski una trampa y habló de un "Estados Unidos que da miedo".

La vicelíder del FN Marine Le Pen leyó a raíz de esto el lunes en una discusión transmitida por televisión pasajes del libro de Mitterrand. "¿Qué se le puede decir a los autores de delitos sexuales mientras Frédéric Mitterrand siga siendo ministro de Cultura?", preguntó Le Pen.

En su entrevista de hoy, Mitterrand dijo que se trataba de una campaña de desprestigio. "Ser hundido en el lodo por el Frente Nacional es un honor", indicó el ministro. "Si un legislador izquierdista me hunde en el lodo, es una vergüenza para él".

En cambio France Police indicó que por tener sexo con un menor prostituido la ley dicta hasta tres años de prisión.

"Como sindicato policial consideramos que es nuestra obligación defender a la sociedad de los cazadores de sexo, aunque se trate de ministros".

"La confesión (de Miterrand) en su libro alcanza totalmente para iniciar investigaciones preliminares sobre esta grave situación".