Las autoridades alemanas indicaron el sábado que el atacante que la víspera mató a nueve personas en Múnich es un "desequilibrado" sin vínculos con el grupo yihadista "Estado Islámico" (EI).

"Partimos del principio de que en este caso se trata de un acto clásico de un desequilibrado" sin ningún tipo de motivación política, dijo a la prensa un representante de la fiscalía, al referirse al autor del ataque, un joven de 18 años de doble nacionalidad alemana e iraní, que se suicidó tras el tiroteo.

"No hay absolutamente ningún vínculo con el Estado Islámico", declaró por su parte el jefe de la policía de Múnich, Hubertus Andrä.

La policía halló indicios que apuntarían que el joven sentía fascinación por los asesinatos en masa y que recopilaba información sobre "cuestiones vinculadas con desequilibrados" autores de matanzas, como libros y artículos de diarios, precisó Andrä.

En este sentido, los investigadores dijeron que existía un vínculo "evidente" entre este tiroteo y el asesino supremacista noruego Anders Behring Breivik, anunció el jefe de la policía.

El asaltante padecía "una forma de depresión", señaló el fiscal de Múnich, Thomas Steinkraus-Koch, al tiempo que pedía prudencia sobre las informaciones que indicaban que el joven habría estado sometido a un tratamiento psiquiátrico.

Por su parte, el ministro del interior alemán, Thomas de Maiziere, dijo que se reunió con todos los jefes de seguridad y se determinó que no hay prontuario policial para ese individuo. Añadió que las agencias de espionaje tampoco tenían información sobre él.

Por otro lado, da canciller Angela Merkel declaró que los servicios de seguridad del país "harán todo lo posible para proteger a todas las personas en Alemania".

Merkel dijo a reporteros en Berlín el sábado que el ataque en un tren el lunes a la noche, y el ocurrido en Múnich el viernes, ocurrieron en "lugares donde podríamos haber estado cualquiera de nosotros" y han dejado a los alemanes preguntándose " ¿Acaso hay algún lugar seguro?".