La policía alemana detuvo hoy a un nuevo sospechoso de colaborar con la célula neonazi a la que se atribuyen diez asesinatos, varios robos y al menos un atentado entre 2000 y 2007, informó hoy la Fiscalía General en Karlsruhe.

Se trata de Matthias D., un hombre de 36 años, que fue arrestado esta mañana en su domicilio en la región de Sajonia, en el este del país. La fiscalía lo considera "altamente sospechoso" de haber apoyado en dos ocasiones al trío de ultraderecha autodenominado "Resistencia Nacionalsocialista".

Concretamente, se le acusa de haber proporcionado alojamiento a los neonazis Uwe Mundlos, Uwe Böhnhardt y Beate Zschäpe en mayo de 2001 y en marzo de 2008.

Los presuntos terroristas asesinaron a ocho turcos, un griego y una mujer policía en un período de siete años. La policía les había perdido la pista en 1998.

Al parecer, Matthias subarrendó el piso y lo hizo aceptando un nombre falso del nuevo inquilino. "Con ello ayudó a los neonazis a llevar una vida con una identidad falsa y a llevar a cabo sus atentados", argumentó la Fiscalía.

El sospechoso será interrogado ahora por el juez del Tribunal Supremo que dictó la orden de detención.

Según informaciones que hoy adelanta el semanario "Der Spiegel", los investigadores cuentan con siete cómplices.

El 29 de noviembre fue detenido un cuarto sospechoso en el estado federado de Turingia, vecino a Sajonia, y en el que se fundó el grupo neonazi recién descubierto. La Fiscalía lo acusa de complicidad en seis asesinatos y de intento de homicidio.

El escándalo del trío de extrema derecha salió a luz a principios del mes pasado cuando Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt aparecieron muertos en una caravana incendiada. Su compañera, Beate Zschäpe, voló por los aires poco después la casa que compartían los tres en la ciudad de Zwickau y se entregó a la policía. Se encuentra en una cárcel cerca de Colonia pero aún no prestó declaración.

En la caravana y en la vivienda aparecieron pruebas de los diez crímenes que seguían sin resolverse hasta ahora.

Ninguno de los numerosos infiltrados con los que contaban las fuerzas de seguridad alemanas proporcionó pistas fidedignas para acabar con el grupo. Muchos de ellos pertenecían al neonazi Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD) cuya ilegalización se quiere reimpulsar ahora.

El Tribunal Constitucional alemán frenó ya en 2003 un intento de ilegalizarlo debido precisamente a la gran cantidad de informantes que las autoridades antiterroristas tenían dentro de la formación.

"Der Spiegel" señala hoy que el número asciende a más de 130 y al menos diez de ellos pertenecen a la cúpula del partido. El semanario asegura que la mayoría de ellos son neonazis activos, que trabajan además dentro de un partido que cuenta con unos 6.600 afiliados.

Mientras, el experto alemán Wilhelm Heitmeyer advirtió en la misma publicación de un aumento de la xenofobia en el país. "Un diez por ciento de los alemanes tienen ideas cada vez más de derecha", aseveró.

Basándose en un estudio de diez años, el director del Instituto de Investigación Interdisciplinaria sobre conflicto y Violencia de la Universidad de Bielefeld aseguró que en Alemania cada vez se tienen más recelos hacia las minorías, sean desempleados, extranjeros o disminuidos. "La sociedad está envenenadada", subrayó.