Las cámaras de circuito cerrado de televisión (CCTV), de las que está plagada Londres, son una ayuda muy limitada a la hora de resolver delitos, según se desprende de un dossier interno de la Policía Metropolitana, informa hoy el diario The Independent.
Sólo se resuelve un delito al año por cada mil cámaras instaladas en la capital británica, donde superan ya el millón y que han costado al gobierno el equivalente de 580 millones de euros, añade el diario.
El año pasado, sólo se aclararon 1.000 delitos debido a que los funcionarios de la policía no supieron aprovechar las pruebas recogidas en imagen.
Según el inspector jefe Mick Neville, los ciudadanos que han sido víctimas de algún delito esperan demasiado de unas cámaras de televisión que filman varias veces al día a cada transeúnte y que convierten a Londres en la metrópoli más vigilada del planeta.
El ex responsable del Interior de la oposición conservadora David Davis calificó los resultados del informe policial de "nada sorprendentes".
"Las cámaras de CCTV generan gastos enormes para una eficacia mínima. Representan una intrusión en la privacidad del ciudadano y apenas contribuyen a mejorar la seguridad", criticó el político "tory".
Scotland Yard ha iniciado mientras tanto un proyecto piloto, bautizado Operación Jabalina, destinado a mejorar el uso policial de las imágenes obtenidas por esas cámaras.
Las comisarias han creado oficinas de "identificación y detección", que recogen las imágenes y las etiquetan antes de pasarlas a una unidad central de circulación, que las distribuye luego a las distintas fuerzas y a los medios de comunicación.