Las contradicciones en los relatos de dos custodios del fallecido fiscal argentino, Alberto Nisman, fue lo que perjudicó el futuro de Luis Miño y Armando Niz en la Policía Federal. Pero además, se conoció que un tercer agente fue puesto a disponibilidad preventiva.

Se trata del suboficial Rubén Benítez, el más antiguo del grupo de custodios del fiscal, a quien conocía desde hacía más de 10 años, y el único de los agentes que entró al departamento de Nisman el fin de semana, según indica el diario argentino Clarín.

De acuerdo con el relato de Benítez, el sábado el fallecido fiscal Nisman le pidió asesoramiento sobre algún arma que pudiera usar para defenderse, por lo que le recomendó "una pistola marca Bersa modelo Thunder o una modelo 380", según cita la agencia de noticias EFE.

Otro de los datos revelados por el último custodio despedido, fue que su compañero de apellido Durán, subió al departamento de Nisman a buscar un recado minuto en el que compartió el ascensor con Diego Lagomarsino -el único imputado hasta ahora por la muerte del fiscal- justo en el momento que éste le iba a entregar el arma que le prestó al fiscal y con la que finalmente perdió la vida.

Benítez fue señalado por los custodios como la persona a la que informaron que no pudieron entrar a la casa de Nisman el día domingo 18 de enero, entre las 11.00 y las 22.30 de la noche. El suboficial asegura que informó mediante mensaje de texto a sus superiores, pero se desconoce si esa persona siguió la línea de mando o dejó de informar, por lo que se espera que durante la siguiente jornada se produzcan más despidos en la Policía Federal.

Al pasar a disponibilidad preventiva, se les retiró la placa y el arma a los tres custodios, aunque seguirán cobrando su sueldo hasta que la investigación aclare si incurrieron o no en una negligencia al no informar a sus superiores y, en el caso de Benítez, al entrar en el apartamento de Nisman, de acuerdo con EFE.