Alessandro Amigoni, el policía municipal italiano acusado de homicidio voluntario en el caso de la muerte del chileno Marcello Valentino Gómez Cortés, dijo al fiscal de Milan que al momento de disparar, su intención había sido asustar a dos fugitivos, y que la bala alcanzó a la víctima que se encontraba a 20 metros de distancia.
Amigoni explicó al fiscal, Roberto Pellicano, Gómez Cortés huía junto a otro compañero, que se encontraba armado. Al ver el revólver en la mano del acompañante del chileno, el policía disparó mirando a la altura de un terraplén cercano, con el objetivo de obligarlos a detenerse.
El policía fue enfático en que, al momento de disparar, se encontraba a 20 metros de distancia de la víctima, y que no hubo ningún disparo previo por parte de los fugitivos.
En tanto, la esposa chilena de Gómez Cortés, Ruth Cardilo, declaró a la televisión italiana que su marido "no tenía armas, no tenía nada". "Yo estoy muy disgustada, porque me he enterado de que el que ha matado a mi marido ahora está haciendo su vida normal, es libre como si nada, trabaja, entonces yo pienso que si hubiese sido al contrario, mi marido no estaría en casa", dijo.